Gabriel Rolón en San Francisco: no son los tiempos, no son las apariencias, son los celos
El psicoanalista regresa hoy a nuestra ciudad con su obra "El lado B del amor". Asegura: "Mis obras no son sesiones públicas, mis libros no son de autoayuda. Simplemente intento que la gente que me lee o concurre a verme al teatro, se lleve una pregunta, un pensamiento, o una emoción que no tenía al entrar".
Del amor entre príncipes y princesas de la Edad Media a buscar tu media naranja por Tinder, las relaciones de pareja parecen tener siempre el mismo problema: los celos.
A pesar del avance de la tecnología y que los tiempos cambiaron, el psicólogo Gabriel Rolón asegura que el problema no son las formas de relacionarnos o cómo es el mundo sino los dramas de fondo que siempre afectaron a las parejas.
En tiempos donde la tolerancia es menor y la violencia mayor, psicoanalista afirma que las relaciones fueron históricamente conflictivas, pero este es un momento trascendental para la sociedad porque se está hablando de lo que pasa y eso nos obliga a escuchar para cambiar lo que vivimos.
En este sentido, la psicología ocupa un lugar importante en las personas que buscan "curar" sus emociones y Rolón reconoce haber abierto una puerta al diván con sus libros y columnas televisivas.
Con una relación especial con San Francisco, el escritor y conductor vuelve a la ciudad este domingo a las 20 al Teatro Mayo con "El lado B de amor" para conocer el otro costado de una emoción que también se acerca al dolor, a la infidelidad y a la pasión de otra forma. Antes de su arribo, Rolón habló con LA VOZ DE SAN JUSTO.
-Regresa a San Francisco con la obra "El lado B del amor". En marzo pasado, cuando se presentó fue grande la convocatoria. ¿Con qué se va a encontrar el público ahora?
Ojalá lo supiera. Sería muy feliz si me encontrara con el mismo cariño que me brindaron en marzo. Juro que me preparé para darles lo mejor de mí para que así sea.
-Hoy transitamos un momento social donde los femicidios no se detienen, donde hay menos tolerancia y más violencia. ¿Cómo analiza esa realidad?
Creo que es un momento muy importante, sobre todo, porque ahora se habla, porque la palabra comienza a dar cuenta de un dolor y una injusticia que vienen de lejos. Esa palabra obligó también a que haya un espacio de escucha. A partir de esto, si nos comprometemos de verdad, podemos cambiar una historia de violencia y sojuzgamiento que lleva siglos.
-¿El contexto en que se vive "contamina" las relaciones afectivas?
El contexto es un desafío para todo ser humano. No era lo mismo amar en la edad Media que ahora. No nos comunicábamos igual hace cuarenta años que en la actualidad. Es importante asumir el reto de vivir nuestra vida en el tiempo que nos ha tocado, para bien y para mal. Con sus riesgos y sus ventajas.
- Las relaciones cambiaron con el paso de estos años, ¿hacia dónde mutaron?
Las relaciones humanas fueron, son y serán conflictivas. Sólo que, como dijimos, van tomando la modalidad de la época. Pero no me parece que eso afecte el fondo de la cuestión. Hoy alguien cela por un mensaje de whatsapp, hace tres años por un mail, antes por una llamada telefónica y en los cuarenta por una mancha de labial en la camisa. El problema son los celos y no las mutaciones de sus apariencias.
Al diván en el teatro
-En la obra intenta "tirar puntas", consejos a los espectadores para que se corran de ese lugar de horror que tal vez están viviendo y no se dan cuenta. ¿Por qué dar esas herramientas a través del teatro? ¿Es una especie de sesión en el consultorio?
Mis obras no son sesiones públicas, mis libros no son de autoayuda. Simplemente intento que la gente que me lee o concurre a verme al teatro, se lleve una pregunta, un pensamiento, o una emoción que no tenía al entrar. Si eso ocurre, el objetivo está cumplido.
-¿La gente busca respuestas o herramientas?
Probablemente ambas cosas, pero se equivoca si lo hace en un espectáculo teatral. Esas herramientas se encuentran en un tratamiento en el diván con el psicólogo, en un proceso analítico. En otros lugares se pueden encontrar ideas, conceptos que movilicen el pensamiento, pero no tienen efecto terapéutico real, al menos que esa persona esté en análisis.
- ¿Qué es lo más frecuente escuchar entre los motivos de consulta hoy en día?
Casi siempre, quien consulta, lo hace por un dolor de amor.
-Siempre explica que nada de lo que hace en los medios es autoayuda. ¿Cómo lo definiría?
Lo que intento es abrir un espacio de pensamiento. Un momento que no esté contaminado por la opinión ni el prejuicio, donde nos propongamos pensar de verdad, más allá de lo que nos gusta o no y disponernos a poner en jaque nuestras creencias. Todo esto desde el respeto por las diferencias y la honestidad intelectual. Obviamente, los temas giran alrededor del ser humano, que es el ámbito alrededor del cual desarrollé mi estudio.
Psicología "de moda"
- ¿Cree que existe una especie de idolatría hacía los psicólogos? ¿Cómo cambió el vínculo en las sesiones?
No me parece. Argentina es un país que, por suerte, conoce mucho del tema y tiene relación con la psicología, porque la salud mental es un derecho adquirido. Al menos, un derecho al que acceden muchos, aunque no todos. No voy a negar las diferencias económicas de nuestro pueblo. Desde ese contacto, hemos aprendido que los psicólogos son muy importantes cuando se tienen dolores emocionales, como los médicos ante los dolores físicos. Pero también sabemos que no son dioses. Un analista es sólo alguien que estudió mucho y se analizó toda su vida para escuchar lo que otros no escuchan, contener la angustia del paciente, y conducirla hacia un lugar que destrabe ese sufrimiento.
-¿Cómo se lleva con la popularidad?. ¿Lo paran en la calle para hacerle una consulta profesional?
Sí, a veces. Por suerte, siempre que alguien se acerca lo hace desde el respeto y el cariño. Valoro mucho eso. Es el mismo respeto y cariño que vuelco a todo lo que hago y que tengo por ellos. No construí mi camino de la mano de la pelea ni el odio, sino del pensamiento y la tolerancia. Quizás, por eso, recibo un trato tan afectivo.
¿Pasó que le dijeran que se acercaron a la psicología a partir de velo en una obra?
Muchas personas me dijeron que comenzaron a estudiar psicología o a analizarse a partir de leer mis libros o ver mis obras. Es lo más lindo que pueden decirme, porque ahí comprendo que todos estos años intentando difundir el psicoanálisis dieron su fruto.
Rolón y San Francisco
- San Francisco es parte de su vida. Siempre recuerda esa primera experiencia frente a un micrófono, en LV 27, donde llegó acompañado por su papá, mientras perseguía el sueño de ser cantante cuando aún era menor de edad. ¿Todavía sueña con serlo?
¡No! pero sigo ligado a la música. Está en mis espectáculos, mis charlas, las series de TV o películas que se hacen de mis libros. La música siempre está y lo estará en mi vida pero tantos años de diván me dieron la autocrítica necesaria como para entender que ya no es momento de eso. Aunque gracias amigos que son músicos increíbles me permito despuntar el vicio, pero siempre puertas adentro.
- ¿Había fantaseado de chico con la idea de ser actor?
Sí. El primer lugar donde fui cuando terminé la secundaria fue al Instituto Nacional de Arte Dramático. Quería ser actor. Además, en muchas oportunidades, a lo largo de la vida, estudié teatro y me preparé por si llegaba la oportunidad. Puedo decir que disfruto mucho de hacerlo, y ojalá, esté a la altura del respeto de la gente.
Entradas. Las entradas para el espectáculo se pueden conseguir en boletería del Teatro Mayo en Garibaldi 38 este domingo de 10 a 12 y de 16 hasta el inicio de la obra. Precios: $840 (vip), $740 (platea slta y medio) y $690 (pullman).