Frontera: todos los chicos del merendero pasaron de grado
Unos 40 niños de entre 4 y 13 años, de diferentes barrios, además de una copa de leche, reciben clases de apoyo en el merendero Amistad, que avió sus puertas hace un año para convertirse en una "escuelita" comunitaria.
El merendero Amistad cerró 2018 con objetivos cumplidos, pero uno en especial: que todos los chicos, los 40, de 4 a 13 años a los que asisten, pasaron de grado. Y enorme fue su aporte, ya que además de servir una copa de leche, es un galpón ubicado en calle 100 al 900 en barrio San Roque de Frontera, funciona una escuela comunitaria.
Los chicos hallaron en este espacio un "segundo hogar"; acuden lunes, martes y sábados y reciben alimentación, contención y clases de apoyo escolar. También hay tiempo para el ocio y la práctica de algún deporte.
Chicos entre 4 y 13 años reciben clases de apoyo en el merendero
Sacarlos de la violencia de la calle
"Fuimos de menos a más. Cada vez le agregamos más actividades a esta escuelita, visitas a diversos lugares de la ciudad, inglés, apoyo escolar, talleres de educación sexual integral, de hábitos saludables, de prevención de consumos peligrosos, ha sido muy lindo, una contención en todo sentido", explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO el profesor Gonzalo Giuliano, uno de los firmes colaboradores de Amistad.
Gonzalo Giuliano y Emiliano Buffa, los "profes"
Sus alumnos llegan desde diferentes barrios de la vecina ciudad, entre ellos San Roque, San Luis y San Javier.
"Más allá de pasar de grado, el objetivo supremo es cortar con el mandato de violencia y egoísmo que trae la calle. Tratar de revertir eso, que es muy difícil, es lo más importante", argumentó Giuliano.
El espacio de contención para los chicos funciona en un galpón ubicado en calle 100 al 900 en barrio San Roque
Por su parte, Emiliano Buffa, otro de los docentes que colabora en el espacio, detalló los principios con que funciona el apoyo escolar. "Les hemos dicho que debían pasar de grado, es muy importante la educación. Nuestra modalidad fue brindarles herramientas, acentuar los aspectos educacionales en lo que tenían falencias pero sin obligarlos, es decir, creamos rondas en común para que los chicos a los que les iba mal en matemática pudieran trabajar en ello, aunque debían elegir, eran libres de ir a jugar al patio si ellos lo pretendían y con el tiempo, ellos prefirieron estudiar".
Además, Giuliano manifestó que "es conmovedor ver cómo los chicos vienen solitos al merendero. Muchas veces descalzos. Es un lugar en el que ellos eligieron estar y del cual no se van. Saben que es un lugar seguro, en donde hay contención y no hay maltrato"
Sin más herramientas que el esfuerzo propio, un grupo de voluntarios lleva amor y conocimiento
Los merenderos sean unidos
Los entrevistados consideraron que "sería importante que entre todos los merenderos (de San Francisco y Frontera) nos organicemos para interpelar al poder como un sujeto dentro de los grupos sociales, como un sector representativo, porque si no el esfuerzo se diluye al estar todos separados".
"Probablemente ese sea uno de los objetivos por los cuales bregar este año", dijo Giuliano.
Solo en San Francisco, los merenderos y comedores comunitarios asisten a unos 1600 chicos, y varios provienen del otro lado del camino interprovincial.
También hay lugar para el ocio, pero los chicos priorizan el estudio
El espacio, puertas adentro
El merendero Amistad nació a principios de 2018, por una iniciativa de Silvia Whindolz. "Al principio, estuvimos en la casa de Paola Rapetti, una de las encargadas del espacio. Sus padres, muy solidariamente nos cedieron el living comedor de su casa para que pongamos los tablones, entremos a los pibes y ahí les demos inglés", contaron los docentes.
Luego "se alquiló, al lado de este hogar, un predio en el que disponemos de un galpón, un hermoso jardín y seguimos utilizando baño y heladera de la casa de familia. Pronto nos vamos a independizar y hacer algo no tan invasivo", añadieron.
Por otra parte, explicaron que el merendero funciona los lunes, martes y sábado. Este comedor-escuela además cuenta con actividades de murga, juegos y baile y cerca de la noche, se le sirve a cada chico comida caliente para llevar a su hogar.
Consultados sobre cómo solventas los gastos de un lugar que creció a pulmón y a fuerza de voluntarios como ellos, indicaron que "tratamos de hablar con comercios, dividirnos para salir a buscar y pedir comida, usamos las redes sociales, tratamos de buscar con todos los recursos propios".
Cómo ayudar
El merendero Amistad, como sucede en todos estos casos, funciona a través de las donaciones que reciben por parte de vecinos y comercios. Como afirmaron Buffa y Giuliano, "son muy pocas las cosas que no necesitamos", aunque enfatizaron que son muy necesarios el azúcar, cacao, leche, galletitas, pan, frutas, verduras, arroz y polenta, entre otras. También señalaron que reciben juguetes, calzados y demás.
Para colaborar, los interesados se deben contactar a los teléfonos (03564) 15686875 o 15647893. Facebook: Merendero Amistad.