Flexibilizaciones y seguridad
El refuerzo de la seguridad es necesario ante la flexibilización del aislamiento, pero fundamentalmente porque, en todos los tiempos, la población tiene derecho a ello.
El aberrante suceso que significó el ataque sexual contra una menor de edad que caminaba en cercanías del barrio Ayres del Golf, en el norte de la ciudad provocó la lógica preocupación en la comunidad. El abusador fue detenido horas después gracias a un efectivo trabajo de investigación en conjunto entre la policía y la Justicia.
Este accionar diligente merece resaltarse, aunque lo ocurrido exige que la protección policial sea más abarcadora y sistemática, especialmente en muchos sitios donde la gente sale a caminar o hacer algunas otras actividades recreativas, luego de que la flexibilización de la cuarentena lo permitió. Porque, además, los más altos jefes policiales descartaron comentarios improcedentes que hablaban de que el lugar donde sucedió el grave episodio no era adecuado para la práctica de las caminatas.
En declaraciones a la prensa, los voceros de la fuerza de seguridad han sostenido que aquella zona de la ciudad se halla enmarcada en el territorio del dispositivo de seguridad desplegado. Y que, en virtud del conmocionante caso de violación, se establecerán refuerzos a los patrullajes ya dispuestos, a través de agentes en motocicleta y bicipolicías, más aún durante los fines de semana.
Enfrascados como hemos estado durante estos últimos meses con el tema la pandemia y sus efectos sanitarios, una vez que comienza el retorno a la anhelada normalidad se toma noción de que algunas problemáticas ciudadanas persisten y exigen ser atendidas por quienes tienen responsabilidad en ello. El delito en San Francisco persiste. Provoca impacto y dolor un ataque sexual, pero además hay asaltos domiciliarios frecuentes y son muchas las víctimas de robos y arrebatos en la vía pública.
La preocupación se agiganta cuando se observa que la gravedad de los hechos delictivos crece exponencialmente. El uso de armas y la violencia de todo tipo se están transformando en moneda corriente. Por eso, el refuerzo de la seguridad y la modificación de algunos parámetros en la labor policial deben ser la primera respuesta. Tienen que convertirse en parte de los antídotos locales para el problema, que además exige celeridad judicial y solidaridad ciudadana, entre otras variables.
Es de esperar que una acción preventiva en conjunto desbarate y disuada a la delincuencia. Y que, cuando suceda un hecho delictivo, se mantengan ágiles los mecanismos investigativos para dar con los culpables rápidamente. El refuerzo de la seguridad es necesario ante la flexibilización del aislamiento, pero fundamentalmente porque, en todos los tiempos, la población tiene derecho a ello.