Familia viajera creó una fundación que asiste a las escuelas rurales a lo largo de la Ruta 40
La fundación surgió hace doce años como un emprendimiento social de una familia viajera, que tras recorrer los impactantes paisajes argentinos que cruzan la ruta más larga del país descubrieron que también la rodean grandes necesidades.
Capacitar docentes que cumplen roles de líderes comunitarios, expandir programas de tecnología para igualar oportunidades en ámbitos alejados de las urbes y actualizar la curricula tradicional para adaptarla a las necesidades reales de los alumnos son los desafíos de la Fundación Ruta 40, organización que nació por el sueño de una familia viajera y hoy está en 44 escuelas rurales a lo largo de la traza más larga del país.
"Transformar los programas educativos tradicionales en propuestas acordes a la realidad de los chicos, acercar capacitaciones de liderazgo y herramientas innovadoras de enseñanza para docentes y promover la inclusión de la cultura digital son algunas de nuestras metas", afirmó a Télam Paula Torres Carbonell, licenciada en Administradora de Empresas y directora ejecutiva de Ruta 40.
La fundación surgió hace doce años como un emprendimiento social de una familia viajera, que tras recorrer los impactantes paisajes argentinos que cruzan la ruta más larga del país -que corre paralela a la Cordillera de los Andes- descubrieron que también la rodean grandes necesidades.
"Nos cruzamos con una enorme necesidad y sentimos que teníamos la oportunidad de ofrecer algo que valía la pena. Después, las circunstancias y una suma de hechos nos fueron guiando a donde estamos hoy", explicó Carbonell, una de las tres hijas del matrimonio que inició este proyecto.
Lo que comenzó como un trabajo más informal, de colaborar con las necesidades más urgentes como alimentos y ropa, fue mutando a proyectos cada vez más complejos.
Hoy, la fundación que está presente en once provincias, acompaña 44 escuelas, 411 docentes y 3326 alumnos y ofrece talleres de formación docente, programas de huerta, de tecnología y otras áreas de calidad educativa.
Aunque reconoce que las necesidades urgentes son una preocupación constante, Carbonell aseguró que desde Ruta 40 también apuntan a trabajar con temas de fondo.
"Seguimos entregando alimentos cuando no llegan con el comedor a fin de mes, ropa, calzado de abrigo pero también trabajamos con cuestiones más trascendentes. Una cosa tiene que ver con el hoy y otra con el futuro, son niveles complementarios. Si un chico no tiene calzado para poder caminar a la escuela no va a poder llegar, pero una vez que llegue intentamos que esos chicos tengan los mejores recursos", explicó.
Las más de 17.000 escuelas rurales de Argentina tienen "modalidades en la enseñanza o hábitos que pueden significar buenas practicas para ser aplicadas en ámbitos urbanos", destacó Carbonell.
"La escuela de plurigrados donde muchos alumnos de distintos grados estudian en la mismo aula es una necesidad en el ámbito rural, no queda otra porque no hay suficientes alumnos, pero puede ser algo a explorar cómo chicos de diferentes grados pueden nutrirse mutuamente en el aprendizaje", resaltó.
Uno de los ejes que preocupa en la educación rural son las condiciones en las que los docentes realizan su trabajo, ya que por lo general carecen de capacitación y oportunidades de intercambio sostenido con sus pares.
Al respecto, Carbonell remarcó que además de su responsabilidad académica, el perfil del docente en las comunidades rurales debe cumplir con la tarea de ser un líder comunitario, acompañar a los alumnos y tener gran capacidad de adaptación.
Para eso, Ruta 40 organiza talleres de capacitación en liderazgo, autoestima, herramientas de enseñanza y otras temáticas que complementan el trabajo diario en el aula. En noviembre pasado, se dictaron talleres en Salta y Tucumán que alcanzaron a 106 docentes de 35 escuelas.
Con respecto a las nuevas tecnologías, si bien desde la fundación resaltaron que "el teléfono celular y el whatsapp cambiaron por completo la comunicación y la manera de relacionarse con los docentes", aún existe una deuda absoluta respecto a la conectividad en los parajes rurales.
En cuatro años, junto a la empresa de tecnología OX, montaron 9 aulas interactivas, entregaron 56 notebooks, 9 pizarras interactivas, 13 proyectores, 10 tablets y cinco impresoras. (Télam)