Evitar consecuencias ante el calor extremo
Las recomendaciones de los médicos son por todos conocidas, pero no siempre puestas en práctica. El gozo del tiempo libre en el verano a veces va de la mano con algunos excesos que no responden a lo indicado, con lo que las prevenciones dejan paso a conductas no apropiadas, algunas de ellas irresponsables.
El segundo día de 2019 fue una jornada que se recordará durante un lapso prolongado. Los sanfrancisqueños padecimos la sensación de estar en un horno; así lo certificaron la temperatura máxima registrada de 39,5º C con una sensación térmica de 52,5ºC alrededor de las 16. Ese día, de acuerdo con los datos brindados por la Estación Climatológica de la UTN, entre las 10 y las 18, la sensación térmica en nuestra ciudad fuer superior a los 40ºC, alcanzado su punto máximo con 52,5ºC. Pasada las 18 la temperatura bajó abruptamente hasta alcanzar los 27ºC. Algo de lluvia llegó por la tarde para traer un poco de alivio.
No es anormal que esto suceda. Seguramente las olas de calor del pasado también generaron las mismas sensaciones. El verano suele depararnos jornadas bochornosas siempre, especialmente en enero. Pero ello no obsta para advertir sobre las consecuencias que temperaturas extremas pueden acarrear para la salud de las personas. Del agobio a problemas físicos que pueden llegar a ser severos existe un corto trecho.
En este marco, es conveniente alertar sobre los riesgos que puede provocar el denominado golpe de calor. Las prevenciones se difunden especialmente para los menores de 5 años y los mayores de 65, pero ante la persistencia de las altísimas temperaturas se hace necesario extenderlas a toda la población. En estos casos, cuando el verano presenta varios días de calor extremo, el cuerpo presenta una menor capacidad de respuesta. Asimismo, existen factores determinantes como algunas enfermedades, el sobrepeso y el consumo de bebidas alcohólicas que predisponen a deshidrataciones por ejemplo.
Las recomendaciones de los médicos son por todos conocidas, pero no siempre puestas en práctica. El gozo del tiempo libre en el verano a veces va de la mano con algunos excesos que no responden a lo indicado, con lo que las prevenciones dejan paso a conductas no apropiadas, algunas de ellas irresponsables. Ejemplos varios pueden dar cuenta de estas actitudes: la falta de protección contra los rayos solares que generan quemaduras de piel, la ingesta de comidas pesadas o muy calientes, vestimenta inadecuada, la falta de hidratación adecuada, el consumo abusivo de alcohol, así como la falta de ventilación y el uso intensivo del aire acondicionado que genera bruscos cambios de temperatura al salir o ingresar a una habitación.
No es la primera ocasión que en esta columna se aborda este tema. La prevención de los problemas que trae aparejado el calor extremo es una necesidad que obliga a extremar recursos. La placidez de la temporada de vacaciones puede generar que se difuminen las recomendaciones médicas. Las consecuencias de este tipo de conductas pueden ser serias para la salud de las personas. Por ello, las advertencias nunca están de más.