Estadística que alivia y también alarma
Es bueno sentir alivio al conocer que se está batallando con decisión contra este flagelo cuya intensidad ha crecido en los últimos tiempos. Y también es positivo mantener el alerta, incluso alarmarse, frente a la presencia entre nosotros de organizaciones delictivas que utilizan los "kioscos" como la última etapa de un proceso delictivo con ramificaciones muy extendidas.
Tras cinco años de trabajo en San Francisco y el departamento, la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) difundió estadísticas de su accionar, que incluyeron procedimientos, secuestro de estupefacientes y detención de personas. Se señaló que desde 2015 y hasta el primer semestre de 2020 se detuvo a 210 personas, se cerraron 56 "kioscos" de venta de drogas al menudeo y se incautaron 10 mil dosis de cocaína y marihuana.
Los datos dan cuenta de una importante cantidad de procedimientos que permitieron avanzar en el combate contra el narcomenudeo, delito que por una ley nacional pasó a ser investigado por la Justicia provincial. Y que obligó a la creación de esta fuerza especial de la policía de la provincia, instalada ya hace más de un lustro en la ciudad y cuyo accionar es ahora puesto en evidencia con los números difundidos.
Ciertamente, detrás de los indicadores que se dieron a conocer existe una labor silenciosa de los efectivos policiales y los funcionarios judiciales. La difusión masiva de algunos procedimientos es solo la punta del iceberg de investigaciones que llevan mucho tiempo y que requieren de grandes dosis de paciencia. Por lo mismo, también es necesario sostener que solo se trata de la última instancia en la cadena del narcotráfico, puesto que el tráfico a gran escala sigue siendo ámbito de la Justicia Federal.
Estos guarismos producen alivio en la sociedad. Porque se toma nota de que la actividad de las fuerzas de seguridad para combatir la venta de drogas es mucha. El cierre de más de medio centenar de "búnkeres" donde se vendía droga y la incautación de decenas de miles de dosis son el reflejo de un trabajo sistemático en procura de dar con quienes negocian ilegalmente y son el último eslabón del narcotráfico. Más aún, la labor judicial posterior a los procedimientos ha permitido llegar hasta las instancias de condena a muchos delincuentes.
Sin embargo, las cifras también generan alarma. Porque dan cuenta de la extensión, en nuestra ciudad y la región, de las redes que utilizan las bandas de narcos para comercializar la droga, amparadas en la particular situación geográfica que implica el límite interprovincial. Lo mismo, hablan de la presencia de grupos con poder dentro de las estructuras del delito vinculado a los estupefacientes. Y también de la problemática cada vez más preocupante de las adicciones, puesto que semejante cantidad de "kioscos" desbaratados son reflejo de una importante cantidad de consumidores. Con ello, el problema ya no solo es policial o judicial, sino también alcanza aspectos sociales, sanitarios y culturales.
De todos modos, es preciso valorar el trabajo realizado en procura de desbaratar el narcomenudeo. Una tarea que exige compromiso y en la que debería estar compenetrada toda la comunidad. Es bueno sentir alivio al conocer que se está batallando con decisión contra este flagelo cuya intensidad ha crecido en los últimos tiempos. Y también es positivo mantener el alerta, incluso alarmarse, frente a la presencia entre nosotros de organizaciones delictivas que utilizan los "kioscos" como la última etapa de un proceso delictivo con ramificaciones muy extendidas.