Escasez de monedas: desde caramelos a pensar en un vale para no perder clientes
Tras la salida del billete de dos pesos, los comerciantes sufren la falta de monedas para dar el vuelto. Algunos tejen estrategias para salir del paso, mientras que otro recurren al famoso caramelo.
La reciente salida de circulación del billete de $2 agravó la escasez de monedas, una problemática que afecta y preocupa a los comerciantes de nuestra ciudad.
Esta situación se repite a lo largo y ancho del país, aunque repercute mayoritariamente en el interior.
Ante esta situación, LA VOZ DE SAN JUSTO recorrió diversos negocios donde los comerciantes coincidieron en el "problema de la escasez de monedas" y algunos, además, advirtieron que los clientes perdieron el hábito de llevarlas consigo.
Un problema diario
Susana y Elisa, comerciantes de un almacén y un kiosco de diario y revistas, respectivamente, explicaron que "las monedas están guardadas pero la gente no las hace circular". Además se refirieron a que los consumidores perdieron en los últimos años el hábito de llevarlas consigo.
"Se complica mucho en el día a día. Las monedas no se consiguen y la gente no las maneja, no las trae. Nosotros cuando las conseguimos las damos, de lo contrario tenemos que dar algo a cambio. En los bancos no se consiguen y la gente no las valora pero la necesita, ese es el problema", explicó Susana.
Elisa, por su parte, señaló que la moneda es importante "porque nosotros manejamos todo" con ellas, refiriéndose sobre todo a los cigarrillos y las golosinas. "Con la falta del billete de dos pesos se ha intensificado el problema".
Problema para remiseros
Para Elidio, remisero, las complicaciones también existen. Es que a diferencia de los casos mencionados anteriormente, la ausencia de monedas para el vuelto no puede justificarse mediante, por ejemplo, la entrega de caramelos.
"Hay clientes que se quedan esperando la moneda. Cuando tengo las doy, es un problema porque se queda mal frente a la gente", contó y agregó que en otras ocasiones "si falta uno o dos pesos la gente no pide el vuelto".
Rapipagos no lo sufren
Alberto, propietario de un Rapipago, sostuvo que no tienen inconvenientes y que la gente entiende la escasez de monedas. "Se termina compensando, un mes me quedan debiendo dos pesos y al otro te lo devuelven".
Y aclaró que además, al tratarse de sumas importantes, la gente realiza el recuento de dinero a desembolsar previamente.
Esto no sucede con el kiosco que tiene anexado en el mismo lugar. "En el kiosco se torna mucho más difícil porque la gente, generalmente, no es habitué. La mayoría de las veces vas a pérdida, terminás diciendo me lo debés y así pasa", argumentó.
El vuelto, un problema
Los entrevistados coincidieron en que la falta de monedas para dar los vueltos es tomada de diferentes maneras por los consumidores.
"El cliente diario no tiene problemas, el que está de paso muchas veces se enoja, cree que no queremos dar las monedas y no es así. El cliente a veces no maneja monedas pero sí las exige", dijo Susana y afirmó que para los clientes diarios de su almacén pensó en "hacer un vale porque a veces vienen dos o tres veces en un día y no les puedo dar siempre golosinas. Con ello no pierde el cliente ni pierdo yo".
En la misma sintonía, Elisa precisó que en su kiosco ha tenido problemas con "gente que quiere sí o sí las monedas. Yo les explico que no es mala voluntad sino que no se consiguen. También entiendo a la gente porque si van a cinco negocios diferentes y todos te dan caramelos por el vuelto, salís perdiendo".
Por su parte, Alberto destacó que generalmente termina "perdiendo" dado que "no podés darle cuatro pesos en monedas a una persona porque después te quedás sin para el resto. Preferís perder dos para que no se te enoje la gente", señaló.