En barrio Sarmiento el aceite que usan los vecinos se transforma en biodiesel
Es uno de los ingredientes más usados en los hogares y muchas veces no se sabe qué hacer con él. El centro vecinal puso en marcha una iniciativa para deshacerse del aceite de manera responsable y a la vez, reutilizarlo convirtiéndolo en biodiesel.
Participar en la comisión directiva de un centro vecinal no se reduce solo a escuchar los problemas de los vecinos. Actualmente, la función del vecinalismo abarca además diversas cuestiones que hacen a generar condiciones para lograr una mejor calidad de vida y en este punto, la ecología y el cuidado del medio ambiente forman parte de la agenda diaria.
Al menos así lo entienden desde el Centro Vecinal Barrio Sarmiento que va más allá del cuidado de los espacios verdes, gestionar obras para el barrio o brindar actividades sociales y recreativas.
En los últimos días puso en marcha un proyecto denominado "Punto Blanco", que tiene como objetivo reunir los sobrantes de aceite de cocina que se genera en cada domicilio para evitar que su eliminación como residuo produzca un grave daño al medioambiente.
Dónde
El centro vecinal barrio dispuso en su sede -López y Planes 505- un "Punto blanco" en el cual los vecinos pueden depositar los envases conteniendo aceite usado que luego será retirado por una empresa con la finalidad de convertir este elemento en biodiesel, evitando de esa manera una mayor contaminación.
Los vecinos pueden llevar el aceite usado los días martes y jueves de 14 a 15.30 a la sede del centro vecinal donde se encuentra el contenedor establecido para depositar los envases que contienen el aceite desechado. El primer retiro del aceite se producirá en un lapso comprendido entre dos y tres semanas.
CONSEJOS:
1. Esperar a que el aceite usado se enfríe: si sobró poco aceite, dejarlo enfriar y limpiar la sartén con una servilleta de papel.
2. Una vez que esté frío, colocarlo en un recipiente con tapa: es importante que no se mezcle con otros líquidos.
3. Conservar el recipiente para ir llenándolo con todo el aceite usado que te vaya sobrando.
4. Acercar el envase al Punto blanco.
Generar conciencia ambiental
La meta de los dirigentes barriales es generar conciencia sobre la importancia la correcta disposición del aceite vegetal usado y evitar la contaminación del agua. Es que 1 litro de aceite es capaz de contaminar hasta 1.000 litros de agua. Se trata de la cantidad suficiente para satisfacer el consumo de una persona durante un año y medio, contemplando la necesidad de beber dos litros de agua por día.
Según el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), los aceites vegetales usados son residuos que representan un grave peligro para la comunidad. Su disposición en las cloacas genera una fuerte contaminación, además de obstruir los desagües cloacales y pluviales. Estos poseen componentes cancerígenos (acrilamidas y radicales libres) y su mal uso o reutilización es una amenaza para la salud del consumidor.
Actualmente existen circuitos informales por los cuales el aceite vegetal usado vuelve al consumo humano, en mezclas con aceites nuevos o en la elaboración de margarinas. En tanto, no existe una legislación a nivel nacional sobre este tema por lo cual los generadores de los aceites disponen de ellos a su criterio, sin control.
El vicepresidente del Centro Vecinal Sarmiento, Julio Kohan, se mostró muy satisfecho por la puesta en marcha de esta iniciativa y en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO destacó, entre otras cosas, que "con esto buscamos generar conciencia entre los vecinos sobre el alto nivel de contaminación ambiental que genera la eliminación incorrecta del aceite de cocina en el ambiente".
"Como el agua y el aceite"
"Como el agua y el aceite", dice la frase popular, y tiene razón. Son dos líquidos que no pueden convivir. El aceite no se disuelve, sino que, por el contrario, al formar una película, dificulta la circulación del oxígeno en el agua y genera daños graves a los animales.
Luego de ser depositado en el "Punto blanco", el aceite usado se utiliza para otros fines ecológicos, como la generación del biodiesel.
"La incorrecta disposición del aceite de cocina usado puede contaminar el suelo y el agua ya que una vez que llega al cauce de ríos o lagos daña de manera irremediable la flora y la fauna", explicó Kohan.
"Muchos vecinos lo eliminan de una manera incorrecta y perjudicial, arrojándolo al sistema cloacal, a los patios o en desagües contaminando mucho el ambiente", alertó el vecinalista.
Manos a la obra
Sobre el origen de la iniciativa, Kohan comentó que "empezamos a observar que no había mucha información entre la gente sobre el destino correcto de este producto y así surgió la posibilidad de poner en marcha este proyecto".
Tras una serie de reuniones con el biólogo y conservacionista Javier Bergero y con Gerardo Bustamante, de la cantina del Club Unión Social, surgió el contacto con la empresa Ambiental Cord S.R.L. oriunda de Villa Carlos Paz dedicada a brindar soluciones para la disposición final de diferentes residuos teniendo en cuenta un criterio ecológico.
"El proyecto consiste en que nosotros recolectamos todo el aceite usado que nos traigan a la sede del centro vecinal. El producto se deposita en un contenedor y la empresa se encarga de retirarlo para su transformación en biodiesel", señaló el entrevistado.
Aclaró luego que el centro vecinal no obtiene ningún beneficio económico con la entrega del aceite usado. "El beneficio es para el ambiente, afirmó Kohan para luego agregar que "la empresa ofrece dejar el contenedor para luego retirarlo sin costo llevándose el aceite usado".
Ecoladrillos para reducir el impacto ambiental del plástico
Desde hace tiempo, la entidad barrial viene trabajando con los vecinos en lograr una mejor disposición de los residuos plásticos y para ello fomenta la elaboración de ecoladrillos.
Básicamente, un ecoladrillo permite reunir diversos elementos plásticos, preferentemente papeles o envoltorios de ese material, que se encuentren limpios y secos que se depositan a presión en el interior de una botella que luego, convenientemente cerrada con su misma tapa se convierte en un elemento que puede ser utilizado en la construcción.
"Con los ecoladrillos le damos una mejor disposición al plástico que de otra manera se descartaría en el barrio. Para eso, le brindamos toda la información necesaria al vecino para que aprenda cómo hacerlos y luego lo pueden entregar en distintos puntos de la ciudad que le dan un buen destino mediante distintos proyectos que tienen en ejecución", comentó Kohan.
Dijo además que uno de los lugares de recepción de ecoladrillos está en el Instituto Fasta Inmaculada Concepción. "Allí se reciben para luego entregarlos a los scouts de San José Obrero. También hay una cooperativa de Barrio 9 de Septiembre e incluso se los recibe en el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco".
"Tratamos de reciclar todo lo que se pueda"
Con estas acciones impulsadas desde el centro vecinal "tratamos de reciclar todo lo que se pueda" en una clara mirada de cuidado del ambiente que se pretende que sea imitada por los vecinos.
Kohan señaló también que los niños y jóvenes "son un elemento fundamental" en la generación de la conciencia ecológica. "Muchos de ellos nos transmiten a nosotros el entusiasmo por el cuidado del ambiente a partir de lo que aprenden en la escuela. Es por ese mismo entusiasmo que se van contagiando las ganas de llevar a cabo acciones para mejorar el ambiente en que vivimos a través de este tipo de acciones que luego sean replicadas por los vecinos".
"La gente adhiere a estos proyectos e incluso nos hemos dado cuenta que muchos ya venían trabajando en algún tipo de reciclado como el armado de ecoladrillos y esto sirve para incentivar a aquellos que aún no habían hecho algo así. La respuesta de los vecinos en este caso es ciento por ciento positiva", concluyó.