El nutricionista, coach de la alimentación: cómo Natalia y Carina aprendieron a comer bien
Cada 11 de agosto se celebra del Día del Nutricionista. El testimonio de dos sanfrancisqueñas, Natalia Rivalta y Carina Melano, revalorizan el rol clave de estos profesionales en la decisión de cambiar de hábitos y tener una vida más saludable.
Por Isabel Fernández
"Somos lo que comemos"... La famosa frase es de Ludwig Feuerbach, filósofo y antropólogo alemán y nos invita a reflexionar sobre qué alimentos incorporamos a nuestro cuerpo y mente todos los días.
Natalia Rivalta, de 45 años, y Carina Melano, de 37, son dos sanfrancisqueñas que, gracias a la guía de un nutricionista, aprendieron a alimentarse de una manera saludable. Natalia tuvo problemas de obesidad desde joven con enfermedades asociadas como anemia, resisencia a la insulina, problemas de tiroides, etc., pasó por varias dietas, superó un cáncer deútero y hoy tras varios años de acompañamiento por parte de nutricionistas y una cirugía bariátrica encontró una mejor calidad de vida.
Para Carina en cambio, la llegada al consultorio del nutricionista no fue por una enfermedad sino por querer verse mejor, y, lo que en principio tuvo un fin estético, finalmente redundó en más salud.
Cada 11 de agosto se celebra el Día del Nutricionista en homenaje al doctor Pedro Escudero, médico y profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, quien trabajó fuertemente para instalar la idea del rol de la nutrición dentro de todos los procesos de salud y enfermedad, individuales y colectivos.
Natalia y Carina contaron sus historias de vida a LA VOZ DE SAN JUSTO remarcando la importancia de contar con estos profesionales para lograr una nutrición equilibrada que brinde energía y salud.
Natalia preparando su comida saludable, una elección que renueva todos los días
"El acompañamiento del nutricionista es esencial. Además de ser un profesional de la salud es un maestro, un coach que nos acompaña en la decisión y el camino de alimentarnos saludablemente. Es fundamental estar en manos de profesionales serios, que sepan orientar desde el consultorio y no buscar dietas o programas en Internet", remarcaron ambas y recordaron que a todo esto hay que agregar la actividad física, clave para acompañar el proceso.
"Me alimentaba mal"
Natalia es abogada y combina su tarea en el poder judicial con la vida familiar y sus hijos. Aseguró que gracias a las nutricionistas tomó conciencia de lo mal que comía. "Tenía una mala distribución de los alimentos, no desayunaba que es algo muy malo, me faltaban nutrientes, vitaminas, tuve anemia porque me alimentaba mal, a pesar de tener sobrepeso".
Destacó que en las consultas aprendió a"ordenar y saber combinar los alimentos, comer más vegetales, también a retomar la actividad física. Fui incorporando cambios paulatinamente a lo largo de los años, logré incorporar hábitos como desayunar bien o si al mediodía como carne, a la noche en la cena hay vegetales".
"No hay que pensar que estoy haciendo dieta sino que estoy incorporando cambios saludables para toda la vida", afirmó.
Las emociones y la comida
Natalia contó que cuando llegaba a los 40 años un diagnóstico de cáncer deútero provocó un cimbronazo emocional muy grande en su vida, enfrentó una intervención quirúrgica y luego de todo el estrés su desahogo fue la comida.
"Subí más de 15 kilos, Estaba bastante amargada por todo el proceso y emocionalmente no estaba predispuesta para lograr los cambios. En ese momento sumé al control del nutricionista, la consulta con una psicóloga", dijo.
Aseguró que para poner en marcha todos estos cambios"se necesita voluntad, paciencia, perserverancia, volver a aprender lo aprendido sobre la alimentación. La guía de la psicóloga me ayudó muchísimo a poder entender la relación de lo emocional con la comida, mejorarse uno mismo levantando el autoestima para salir adelante".
Ese momento difícil en su vida que logró superar fue el comienzo de una transformación aún mayor. Hace un mes y medio se sometió a una cirugía bariátrica."Si bien no tenía una obesidad mórbida, mi peso era peligroso para mi salud porque tenía enfermedades asociadas"
Natalia indicó que en todo este camino "es importante buscar las herramientas para lograr un cambio para el futuro, para lograr mejor calidad de vida. Hoy estoy en manos de la nutricionista Mariana Gómez del equipo de cirugía bariátrica del Sanatorio Argentino que me fue orientando en qué alimentos debo incorporar y cómo debo hacerlo en esta nueva etapa después de la cirugía porque mi estómago está mucho mas pequeño y bajé 15 kilos".
"Estoy máságil, puedo hacer tareas cotidianas más fácilmente, estoy con mas energía porque también los valores de los análisis mejoraron, ya no tengo colesterol, no tengo hígado graso, una glucemia normal", resumió satisfecha.
Quería bajar de peso y logró algo mejor: más salud
Carina Melano no tiene ninguna enfermedad pero decidió consultar con una nutricionista por una cuestión de estética. Un año y medio después, se dio cuenta que los beneficios fueron muchos porque lo que logró es un mejor estado de salud y también en la de su familia porque junto a ella, sus hijos fueron incorporando también una mejor nutrición.
"Consulté con la nutricionista Angela Rébola y lo primero que me dijo fue que el proceso iba a ser lento. Cada plan se amolda a la persona por eso hay que tener mucha paciencia y ponerse las pilas, tener mucha fuerza de voluntad", aseguró Carina.
Carina sabe que es fundamental elegir los mejores alimentos para su salud y siempre mira la información nutricional
Contó que a partir de ahí comenzó a aprender y a cambiar su alimentación, incorporando alimentos que no cocnocía como legumbres que no sabía que existían como poroto negro, poroto aduqui, amaranto, arroz integral, etc.
"Desde que comencé con los cambios mejoraron mucho más los valores de mis análisis. Antes comía mal, muchos alimentos ultraprocesados como galletitas, tenía muchísima acidez y estaba siempre cansada porque no tenía los nutrientes que necesitaba", dijo Carina.
Remarcó que para comer sano lo importante es"saber elegir los alimentos, evitar los ultraprocesados y cocinar. Hay que aprender a leer la información nutricional".
Cuando Carina empezó con la nutricionista quería perder peso, pero en realidad lo que quería era perder grasa."El peso es una consecuencia de toda la transformación que hay que hacer. De hecho no bajé más de siete kilos pero perdí mucha grasa. Muchos se obsesionan con la balanza y lo que arroja es solo un número, no dice cuánta masa magra o cuanta grasa hay", manifestó.
Finalmente dijo que de la mano de la alimentación va la actividad física."hacer gimnasia y mantener una alimentación sana es algo que me pesó toda la vida, pero de a poco cuando vi que el cuerpo me respondía fui aumentando la gimnasia y hoy la practico cinco días a la semana y es mi cable a tierra. La alimentación, la actividad física y el descanso van de la mano, en todo momento se pierde grasa".