El médico rural, un oficio en extinción en San Justo
Algunas colonias ofrecen, además de un sueldo, una vivienda, sin embargo, buscan médicos y no encuentran, situación que las obliga a limitar la atención sanitaria a una vez a la semana.
Colonia Marina, Colonia Prosperidad y Colonia San Bartolomé son de las pocas colonias del departamento San Justo que cuentan médicos residentes.
En el resto, la atención de la salud se da en los dispensarios a los que concurren médicos, tanto clínicos como especialistas, en su mayoría, un solo día a la semana y se quedan un promedio de 3 horas.
En tanto, ninguna colonia consultadas posee un servicio de emergencia, por lo que en casos de urgencia, se trasladan por sus propios medios a la localidad más cercana.
La patología se repite en la geografía argentina. Los profesionales de la salud se concentran cada vez más en las grandes ciudades y si bien las nuevas tecnologías y comunicaciones lograron que la medicina moderna alcance los rincones más recónditos, existen entornos rurales donde es necesario el tradicional médico de pueblo.
Algunas colonias ofrecen, además de un sueldo, una vivienda, sin embargo, buscan médicos y no encuentran, situación que las obliga a limitar la atención sanitaria a una vez cada siete días.
Las Pichanas: pediatra se busca
"Necesitamos un médico que viva en la colonia", afirma convincente el presidente comunal de Las Pichanas, Linder Landra.
Allí, médicos de distintas especialidades se acercan para atender la salud de los pobladores. "Los martes atiende la médica ginecóloga; los días miércoles - semana de por medio-, el oftalmólogo; los jueves, la doctora clínica y el odontólogo y los días viernes, la psicóloga y la trabajadora social. Todos trabajan tres horas, aproximadamente", describe.
Las Pichanas también tiene cuatro paramédicos que son los mismos choferes de las Traffic rurales. "Los profesionales se acercan pero estamos lejos de los pueblos", sostiene Landra.
Los médicos hoy viajan desde Arroyito y la ciudad de Córdoba. "Estamos en la búsqueda de un pediatra que venga al menos dos veces al mes".
Tres años atrás, Las Pichanas logró la beca del programa provincial Médico Comunitario -un plan
administrado por el Ministerio de Salud de la provincia de Córdoba con el
objetivo fortalecer los recursos humanos para el primer nivel de atención en
los sistemas locales de salud y de este modo garantizar a la población el
acceso al cuidado de su salud-, pero el profesional elegido desistió del
puesto. "Luego de tres meses de
gestión, logramos tenerlo. Cuando el médico, oriundo de Mendoza hizo el curso,
nos avisó que por cuestiones personales no podía asumir el puesto", se lamenta
Landra. "Necesitaba que esté al
menos 20 horas semanales pero perdimos la beca. Fue una pena. Era nuestro deseo
poder compartir con otra localidad un médico estable pero la provincia no toma
instrumentación en esto y los médicos nos dicen que no les interesa venir al
lugar". Durante el año, en el
dispensario de Las Pichanas se atienden a unos 700 pacientes, teniendo en
cuenta que la población actual - entre ejido urbano y rural- es de 700 personas
aproximadamente. "Para una emergencia, recorremos 35 kilómetros hasta el
nosocomio de Arroyito y no contamos con servicio de ambulancia. Estamos
reclamando una unidad de traslado", expresa Landra. Para tentar a médicos, Las
Pichanas ofrece un sueldo y una vivienda municipal. "Es cuestión de sentarse y
hablar", concluye el presidente comunal. Hasta les ofrecen casa
También, Colonia Prosperidad
Colonia Prosperidad cuenta con un médico y una bioquímica radicados en el lugar, mientras que un odontólogo, una psicóloga y una asistente social llegan desde San Francisco una vez a la semana para atender en el dispensario.
Gustavo Leurino, presidente comunal, reconoce que necesitarían más especialistas "pero el presupuesto con el que contamos es muy bajo. Lo que más nos preocupa es no tener un médico generalista más".
"Si tenemos una urgencia, nos dirigimos a San Francisco que está a 40 kilómetros. Tenemos una ambulancia municipal", manifiesta.
Viven alrededor de 850 personas en el lugar y la oferta es tentadora para el médico que se radique como refuerzo. "Tendría una casa y un sueldo. Realmente lo necesitamos".
La salud en Colonia Iturraspe
En Colonia Iturraspe la atención médica se realiza una vez por semana, por orden de llegada, durante 3 horas por la mañana en el dispensario comunal y los días miércoles, llega una médica clínica.
"Los pacientes que requieren atenciones más específicas se atienden en Freyre, a 3 kilómetros. En el dispensario se atienden niños y adultos. En caso de gravedad, se deriva al Hospital 'J. B. Iturraspe' de San Francisco", explica el presidente comunal Abel Binner.
En Colonia Anita y Valtelina aseguran
que el dispensario alcanza
En Colonia Anita, los pobladores recurren a una médica que visita el dispensario del lugar, una vez por semana durante 3 horas por orden de llegada, haciendo pedidos médicos, controles, etc. "La mayoría de los vecinos viven en la zona rural. Tenemos en total unos 200 habitantes en Anita", cuenta el presidente comunal Sergio Beltramo.
"Nunca tuvimos médico pero sí personas autorizadas para colocar inyecciones sin necesidad de viajar a Freyre, pero si hay una urgencia, se traslada a las personas al Sanatorio Mayo, de ese pueblo, a 17 kilómetros. También contamos con cobertura de emergencia, con ambulancias de Freyre. Si es muy grave, se deriva al Hospital Iturraspe de San Francisco", añade.
Beltramo no cree necesario contar con un médico residente en la colonia "porque hoy tenemos medios para trasladarnos sin problemas. En el dispensario los recursos son básicos, por lo que el traslado es la única alternativa".
La misma médica que atiende en Anita, hace lo propio en Colonia Valtelina.
La realidad en Luxardo
y Colonia San Bartolomé
Tanto en Estación como en PlazaLuxardotampoco hay médicos radicados, pero los días martes, miércoles y jueves por la mañana, se realiza la atención clínica general y pediátrica. "En caso de una emergencia, nos trasladamos a San Francisco, pero sería bueno tener un médico radicado aquí", expresa Víctor Burdino, al frente de la comuna de Plaza Luxardo.
A diferencia de los ejemplos anteriores, Colonia San Bartolomé cuenta con dos profesionales de la salud que residen allí.
Mercedes
Zorrilla se instaló en Colonia Marina y asegura que la experiencia es
enriquecedora
"Mer", la doctora del pueblo
La médica especialista en Geriatría Mercedes Zorrilla tiene 48 años. Todos en Colonia Marina le dicen "Mer".
Hace una década, tras estudiar en Córdoba llegó a ese pueblo de alrededor de 1200 habitantes para ejercer la profesión. De un tiempo a esta pate, atiende de manera exclusiva en el Centro de Salud del pueblo.
Mercedes es médica cabecera de Pami pero atiende a pacientes de todas las edades. "Si alguien viene sin dinero, lo atiendo. Si no, no sería yo", confiesa, revelando su vocación de servicio.
"Siempre pensé en ir al interior de la provincia, porque soy del campo y siempre soñé con ser médica rural. Si pudiese, viviría en el campo, pero al pueblo no lo cambio por nada del mundo", expresa.
Para ella -que es madre de Rodolfo, de 19 años (quiere estudiar Biotecnología en Córdoba) y Milena, de 14, cursa el secundario, los días comienzan a las 7 y trabaja hasta las 12, cuando corta para almorzar, "pero si alguien me necesita, estoy para atenderlo", aclara, luego continúa su trabajo por la tarde. Las guardias se alternan con el otro médico residente en el pueblo, su exmarido.
"Mi relación con los pacientes es excelente, muy cercana y cálida", reconoce Zorrilla.
Si tiene una urgencia, la doctora no duda en consultar y recurrir a colegas. "Tengo un grupo de WhatsApp con colegas de Devoto y otras localidades y ciudades. Si tengo una duda o una derivación, no dudan en asistirme y ayudarme. Los médicos son amigos".
La comuna hace hincapié en la atención primaria de la salud. "Si hay alguna emergencia, vamos a Devoto (a 28 kilómetros) o a San Francisco (a 50 kilómetros)", explica la médica.
En un pueblo "es diferente el trato de todos, de los pacientes, de los vecinos. Todo es distinto a las grandes ciudades", cuenta.
"Vivir en Colonia Marina me da mucha tranquilidad. La gente del interior te da confianza; me ayudaron con mis hijos cuando estaba de guardia y me decían: `Mer, quédate tranquila que nosotros los miramos´. La gente siempre me ayudó para que pudiera ejercer", confiesa Zorrilla.
Formación constante
La doctora sigue formándose y hace muy poco aprobó el examen final de médica generalista y familiar. "En esta profesión aprendés todo el tiempo. Sentí la necesidad de seguir formándome; primero, porque me gusta estudiar y segundo, porque en la Colonia hay muchas necesidades y yo tengo que acompañarlos".
"En cada encuentro con los colegas en formación, hablamos de la realidad de los pueblos, lo que se necesita, lo que hay que hacer en cada situación", manifiesta la doctora.
De pueblo en pueblo
Mercedes Zorrilla nació en San Francisco del Chañar pero la primaria la cursó en Caminiaga, a 175 kilómetros de Córdoba Capital. Como en el pueblo no hay nivel secundario, se trasladó a la capital provincial para cursarlo y estudiar en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba.
La primera parada de la doctora fue en Idiazábal, donde fue directora del dispensario y atendía de manera particular.
Al tiempo, llegó el turno de mudarse a Colonia Marina. "Gracias a mi exesposo quien también es médico, conseguimos trabajo en Colonia Marina y nos vinimos con nuestros hijos muy chiquitos", recuerda.
La doctora también trabajó en Devoto, Colonia San Bartolomé y La Francia, entre otras localidades.
Consultada porqué los médicos le escapan a los pueblos, Zorrila considera que la razón son las distancias para la formación y la familia. "Estás lejos de los centros de formación. Uno se siente aislado y con pocos recursos para ejercer. Por otro lado, si tenés hijos, hay que pensar en su futuro por eso eligen las ciudades capitales".