El lugar donde descansaron las estrellas
El Gran Hotel Libertador resguardó a los artistas más importantes que visitaron nuestra ciudad. El recuerdo y las anécdotas contadas por Mauro Reinero, representante del Teatro Mayo.
El Hotel Libertador, ubicado en pleno Centro Cívico de la ciudad no pudo con el parate por la pandemia de coronavirus y cerrará sus puertas.
El emblemático hotel es el tercero en la ciudad cuyos propietarios toman la decisión de cerrar tras cuatro meses de inactividad y la incertidumbre de no saber cuándo volverán a la actividad, en un efecto dominó en el que primero cayeron el Mediterráneo y el Americano.
Bastaba con que haya un evento importante en la ciudad, musical o teatral, que los fanáticos se apostaban en las escalinatas del Libertador para esperar a sus ídolos.
Al lado de la gran puerta de vidrio, los comercios renegaban de la presencia de personas que se agolpaban para esperar a esa figura nacional o internacional.
Tan importante es el lugar que hasta el mismísimo Luciano Pereyra usó el hall de ingreso para grabar "Seré", una de sus canciones más exitosas en 2015 tras su presentación en el Festival del Humor, la Buena Mesa y La Canción.
Pero también el fútbol se sintió en "El Libertador" como lugar de concentración de los deportistas y también de hinchas (como rivales).
En fin, un hotel donde descansaron estrellas de todo tipo y que hoy dejará de alojarlos tras el anuncio de su cierre por la cuarentena obligada por el coronavirus.
Mauro Reinero, propietario del Teatro Mayo, lamentó el cierre del hotel que fue lugar de descanso de los artistas.
Luciano Pereyra, Abel Pintos, Cacho Buenaventura, Flaco Pailos, "Negro" Olmedo, Moria Casán, Carmen, Barbieri, Sergio Denis, Julio Boca, Axel, Franco De Vita, Jorge Rojas la lista de huéspedes famosos es interminable en casi medio siglo de existencia del Gran Hotel Libertador. "La mayoría de los artistas se alojaron en este hotel", dijo Mauro Reinero del Teatro Mayo.
Los motivos por los cuales los artistas lo elegían, eran varios pero había uno particular que tal vez para nosotros no sea tan importante pero para los famosos, podía condicionar su día de actuación en San Francisco. "Había algo en particular que todos elegían en Gran Hotel Libertador y tiene que ver con la cercanía al Teatro Mayo", expresó Reinero.
Solo siete cuadras separan al hotel del teatro y para un artista, eso era como alojarse en "casa" y el patio era el teatro. Cerca, cómodo y sin cruzar demasiadas calles. "Todos los artistas que llegaron, nacionales o internacionales, lo hicieron desde Buenos Aires y durante el día de la presentación se tienen que trasladar muchas veces por ensayos, vestuarios, pruebas de iluminación del hotel al teatro y siete cuadras que para nosotros es mucho, para ellos es nada y más, con el cansancio que tienen de movilizarse todo el tiempo en combis o taxis", contó el propietario del Mayo.
Esta cercanía era lo que Mauro destacó como una forma de relajación: "Esto de ir y venir a pie le servía a los artistas para poder despejarse y relajarse en una jornada intensa, disfrutando del paisaje como la Plaza Cívica".
"Para la gente puede parecer una sonsera, pero para ellos tiene mucho valor y siempre me lo remarcaron", agregó Reinero.
El diente de Dyango
El Hotel El Gran Libertador se llevará consigo muchas anécdotas con artistas que Reinero no olvidará jamás, de la talla nacional e internacional, como el recuerdo del diente del cantautor español, Dyango. "Cuando vino Dyango, fin de semana de Pascuas. El sábado cantó en Espacio Quality de la ciudad de Córdoba y el domingo, tenía que hacerlo en el Mayo. Llegó ese domingo temprano porque él tiene que estar doce horas antes en el hotel de la ciudad donde va a actuar. Al mediodía, me llamó el productor y me dijo que a Dyango se le salió un implante dental, y por su coquetería, no iba a cantar si no tenía el implante".
"Me acuerdo que estuvieron todos los empleados del hotel y su gente buscando habitación por habitación, pasillo por pasillo, el diente. Como no lo encontrábamos, ya había hablado con mi dentista para que le haga un molde provisorio. Lo fui a buscar al hotel y al cabo de tres cuadras, nos avisaron que lo encontraron en su cuarto y nos fuimos el diente, Dyango y yo a la clínica".
Esa en el teatro todo fue perfecto y el secreto del diente quedó entre las paredes del Libertador.
"Otra de las historias que recuerdo es una de las tantas visitas del humorista Cacho Garay a nuestra ciudad. Su llegada iba a ser el sábado por la madrugada, tras actuar la noche anterior en Villa María".
"A las diez de la mañana del sábado fui a buscarlo para una serie de notas periodísticas que habíamos pautado. Cuando se presenta el productor, me dijo que Cacho estaba demorado porque había tenido una noche pésima. Llegó a las dos de la mañana, le prepararon huevos fritos y la cocina del Libertador le dio con su gusto. Se comió una docena de huevos y a las cinco de la mañana tuvieron que llevarlo de urgencia a una clínica de la ciudad por el ataque de hígado".
Para el representante del Teatro Mayo, "la pérdida de este lugar lo siento como empresario teatral y como vecino, es decir, desde lo sentimental. "Es una lástima que esto esté ocurriendo porque no es bueno que los negocios cierren pero más aún los emblemáticos o los que son un símbolo de la ciudad de San Francisco, es una pena", sostuvo el productor.
Un gran hotel
El Gran Hotel Libertador fue construido en dos etapas. Primero, en 1959, cuando se proyecta su construcción comienzan a reunirse las acciones para juntar el dinero y materializarlo.
La construcción se inició dos años después. Luego de edificarse la estructura, estuvo una década al aguardo de su finalización. Para que se retomen estos trabajos hubo una ardua lucha, lográndose terminar e inaugurar a mediados de la década del setenta.
En el primer piso hay cinco departamentos privados, todos ocupados actualmente. Hasta la década del noventa, estos lugares funcionaban como hospedaje pero la crisis de esos tiempos afectó al hotel y se vendieron para uso particular.
En el segundo y tercer piso, siempre se ubicaron los famosos ya que hay habitaciones de grandes dimensiones; pero el hotel se destaca por su presencia de primer nivel.
El Libertador cuenta con una estructura de 48 habitaciones y 112 plazas en cuatro pisos. Hace unos siete años, con su actual propietaria, se hicieron remodelaciones y refuncionalizaron espacios que luego se convertirían en gimnasio y spa.