El gen sanfrancisqueño, mixtura de integración, compromiso y trabajo
San Francisco hoy celebra su cumpleaños y en sus cimientos se encuentra el valioso ADN de los pioneros que llegaron de Italia, España y otros países buscando tierras para progresar. En estos 134 años de los primeros asentamientos en Plaza San Francisco, nos preguntamos qué llevamos en nuestros genes, cómo se forjó nuestra identidad y qué valores se trasmitieron.
Los genes no suelen actuar de forma individual, les indican a las células cómo funcionar y crecer. En una sociedad ocurre algo similar que en la biología: la genética de los primeros colonizadores, sus valores y esencia, van construyendo la idiosincracia de una comunidad.
Nuestra San Francisco hoy cumple años y en sus cimientos se encuentra el valioso ADN de los pioneros que llegaron de Europa, de Italia, España y otros países buscando tierras para progresar.
A 134 años de los primeros asentamientos en Plaza San Francisco, vivimos en una ciudad próspera, que creció desde abajo gracias a la cultura del trabajo fuertemente arraigada, el compromiso social y el altruismo de los visionarios que pensaron en el futuro.
Para celebrar otro aniversario de la ciudad, aún en un contexto especial como el que se vive por la pandemia de coronavirus, LA VOZ DE SAN JUSTO recogió los testimonios de Graciela Paolasso de Quaglia, bisnieta de los primeros colonizadores José Paolasso y María Boero; Mónica Pairola, nieta del doctor Tomás Areta, fundador del Hospital "J. B. Iturraspe", un comprometido actor social que aportó a varias instituciones de la ciudad.
También la visión de dirigentes de la Sociedad Rural y del presidente del Parque Industrial, José Luis Frusso, siendo la actividad agropecuaria e industrial el motor del progreso de la ciudad.
"El sanfracisqueño es colaborador, su esencia es el trabajo y la hermandad"
Graciela Paolasso de Quaglia, es bisnieta de José Paolasso y María Boero que llegaron a Plaza San Francisco en los inicios de la ciudad.
Nació, creció, crió a sus hijos y vive en la misma casa, para ella San Francisco es su lugar en el mundo, el mismo que encontaron sus bisabuelos cuando llegaron de Italia y comenzaron una historia que no tiene final.
Graciela Paolasso de Quaglia, es bisnieta de José Paolasso y María Boero que llegaron a Plaza San Francisco en los inicios de la ciudad y poco tiempo después con el traslado del ferrocarril se aquerenciaron en este lugar de la Pampa Gringa.
Entre fotos en sepia con historia familiar y pinturas que son testimonio de su paso por la enseñanza de Bellas Artes, Graciela reflexionó junto a LA VOZ DE SAN JUSTO sobre los 134 años de nuestra ciudad.
"Para mí San Francisco es el mejor lugar donde vivir, acá me siento apoyada, acompañada. El sanfracisqueño es colaborador, su esencia es el trabajo y la hermandad. Es una ciudad más familiar y creo que no le falta nada", dijo muy segura.
Al mismo tiempo instó a las nuevas generaciones a que"cuiden y quieran a la ciudad. Es importante que vuelvan después de irse a estudiar porque San Francisco nos necesita a todos para que hagamos cosas y la defendamos".
Sus bisabuelos vinieron buscando una tranquilidad que no tenían en Italia en ese momento, aquí se aquerenciaron y según dijo Graciela"les enseñaron a amar a nuestra ciudad y a la Argentina".
El valor del trabajo
Afirmó que el valor principal que transmitieron sus bisabuelos"es el del trabajo, el de ganar lo que necesitaban para subsistir y formar su familia, con una intención de prosperar por su cuenta, sin la ayuda de nadie. Nos dejaron esas ganas de subsistir, de salir adelante".
La ciudad es muy próspera y en el futuro Graciela se la imagina muy industrial,"eso hace que la gente tenga lugares donde trabajar. Espero que ese progreso se vaya dando despacio, con el paso del tiempo", indicó.
La foto de los pioneros son algunos de los tesoros que conserva Graciela
Los abuelos de Graciela fueron Carolina Bevione de Pinerolo y Francisco Paolazzo de Torino y sus padres Antonio Carlos Paolasso y Esmeralda Agudo, tenían una amplia participación social."Mi padre Antonio Carlos Paolasso fue senador provincial, militó durante el gobierno de Illia, de Sabattini y en la inauguración de la Casa del Niño estuvoél; mi madre era de la Sociedad de Beneficencia con la señora de Cartier. Ellos actuaron por San Francisco y eso lo viví desde chica, es la riqueza que me dejaron", remarcó.
"Soy una enamorada de San Francisco, por eso sigo acá -afirmó- El haber criado mis hijos acá, el haber tenido trabajo, crear el taller de cerámica, ser la primera directora de la Escuela de Bellas Artes, no termino de pagar todo lo que quiero a San Francisco por todo lo que me dio".
Un aporte para la sociedad
Siguiendo las enseñanzas de sus bisabuelos, Graciela quiere seguir haciendo por la ciudad, por eso quiere donar su horno de cerámica a una institución de la ciudad para que niños y jóvenes puedan aprender cerámica y a través del arte puedan recibir contención y no estar en situación de vulnerabilidad.
"Quiero que mi horno sirva para algo, que sea un aporte para la sociedad, que se utilice para un bien social, sería bueno porque cuando uno utiliza las manos está haciendo algo por sí mismo", finalizó.