El Centro Vecinal Barrio San Martín resiste por la actividad física y el deporte amateur
Como en "Luna de Avellaneda", un grupo de personas hoy se pone al hombro la difícil tarea de recuperar el club del barrio, que siempre fue un hogar para muchos vecinos.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Había una vez un club... comienza el tráiler de Luna de Avellaneda. La mítica película del director Juan José Campanella que junto a Ricardo Darín y un gran elenco cuenta la historia de un grupo de vecinos que se unen para salvar al club del barrio, que debido a sus deudas será rematado para poner un casino
En la esquina de 9 de septiembre y General Paz, en el corazón de Barrio San Martín, se erige una construcción de cemento que parece blindada por una pared casi convertida en muro que resguarda años de historias y anécdotas. A pesar de esa estructura desgastada, detrás de ella todavía brilla el espíritu del vecinalismo del barrio San Martín.
Claro que nadie quiere desprenderse de él como en Luna de Avellaneda pero el paso del tiempo es una cachetada constante a su preservación: su amplio salón ya no sirve para hacer eventos de magnitud, tampoco sus asadores y menos el predio exterior pero sin embargo, la comisión del centro vecinal no quiere que nada ni nadie pierda el pulmón del barrio.
Por eso, y aunque no pueda usar con otro fin social, el deporte se convirtió en esa especie de salvación del espacio que no solamente brinda un servicio saludable a los vecinos, sino que permite que se cumpla la regla: el club del barrio, para el barrio.
En pie gracias a su centro vecinal, pronto comenzará a renovar su fachada.
Pero no solo el salón principal está en uso deportivo. Otro de los salones ya sobre General Paz, resguarda el box, un deporte que sin lugar a dudas se nutre de lo barrial, de la humildad, del coraje y las ganas de superar cualquier obstáculo.
Con enorme esfuerzo, profesores, comisión y vecinos, mantienen viva la llama de un lugar que parece olvidado pero que es alma y vida de todo un barrio.
El Centro Vecinal Barrio San Martín busca remontar su situación. (Marcelo Suppo | LVSJ)
Un lugar de pertenencia
Música, elementos de gimnasia y mujeres de todas las edades hacen actividad física en el gran salón. Si bien se observa de fondo el mítico escenario del lugar, al que alguna vez se usó para fiestas sociales como casamientos, cumpleaños de 15 años y hasta recitales de rock, hoy todo está predispuesto para la actividad física.
La profesora Jessica Farías (29) encontró el lugar donde ejercer su profesión. Ella da clases en el lugar desde enero de 2021 y hay para todos los gustos, desde circuito localizado, G.A.P, y hasta danza con el profesor David Miño. "Elegí la sede del barrio porque en ese momento la única actividad que se desarrollaba era el boxeo recreativo y profesional, y me parecía buena idea sumar otra actividad para que la gente del barrio y alrededores tenga la posibilidad de asistir a un lugar más cercano".
"La importancia de estar ahí, en lo personal, es muy satisfactorio porque estoy en un espacio amplio que me permite trabajar tranquila y además poder ejercer la profesión que estudié", contó Jessica.
A las clases asisten mujeres de todas las edades. "En el transcurso del tiempo que ya llevo trabajando se han acercado los vecinos y algunos asisten a otras actividades que hay en el centro vecinal. Estoy más que agradecida por el lugar que me dieron".
Con sus clases de gimnasia Jessica Farías le devolvió la vida al salón principal del centro vecinal. (Manuel Ruiz | LVSJ)
El box en el barrio
Federico Brito tiene 32 años y hace alrededor de 9 años que está en las instalaciones del club y es marca registrada. "Llegué primero como alumno, después quedé a cargo como instructor y desde entonces es Brito Box".
Al lugar "asisten niños, adolescentes, adultos, hombres y mujeres. Muchos son los vecinos que se acercan principalmente del barrio pero también alrededor por la ubicación que tiene, donde hay mucha circulación"
Federico Brito es el encargado del gimnasio de box que ya es un emblema del
lugar. (Marcelo Suppo | LVSJ)
Mantenerlo
Para Iván Rodríguez, integrante de la comisión directiva de barrio San Martín, "la sede está abierto con actividades de lunes a viernes, donde el salón de adelante está el boxeo recreativo y profesional asi como sala de musculación y el de atrás, funcionan distintas clases de gimnasia".
"Se mantiene gracias al alquiler de las personas que da las diferentes disciplinas que son los que mantienen vigente el club. Lamentablemente, es una sede un tanto deteriorada y poco a poco estamos juntando el dinero para arreglarlo".
"En la pandemia no tuvimos actividades por lo que en muchas oportunidades pusimos dinero de nuestro bolsillo para cuidar el lugar o solventar casos de robos y daños al edificio".
Para Rodríguez, "se hace difícil mantenerlo desde dos sentidos tanto económico como institucional. Desde lo económico, porque el ingreso de dinero del centro vecinal no es mucho y lo que entra, es para pagar lo fijo e institucionalmente, cuesta que los vecinos se acerquen a colaborar de manera voluntaria".
El Centro Vecinal Barrio San Martín busca remontar su situación. (Marcelo Suppo | LVSJ)
"El centro vecinal está en pie y es para todos los vecinos, y nosotros el nexo de ellos con el municipio tratado de dar lo mejor y dando solución lo más rápido posible", precisó el vecinalista.
La actual conducción del centro vecinal tiene como proyecto hacer refacciones en la fachada y arreglar el tapial desde General Paz a 9 de Septiembre. También, poner en condiciones el salón principal para alquilarlo y convocar a los vecinos para renovar la comisión directiva.
Con enorme esfuerzo, el predio busca mantenerse en pie. "El club es un símbolo de otra época", pensaran muchos, pero.... En realidad, es como dice Román Maldonado el personaje de Ricardo Darín que busca la supervivencia del club, "es un símbolo de hoy", y es el símbolo de barrio San Martín.