El aborto legal en Rusia: país pionero
La Unión Soviética fue el primer país en despenalizar el aborto en 1920 y fue una de las banderas de los primeros años comunistas. En la actualidad, el debate pasa porque deje de ser legal. Desde Rusia, LA VOZ DE SAN JUSTO se acopla al tema del momento en Argentina, desde otra perspectiva.
Por Luciano Olivero (enviado especial a Rusia)
En Argentina el debate sobre la despenalización del aborto llevó varias semanas en la agenda hasta su media sanción este jueves en Diputados.
Llegó al Congreso y miles de personas se manifestaron tanto a favor como en contra, con marchas y, sobre todo, a través de las redes sociales.
Pero del otro lado del mundo, la historia es diferente. Nunca se dio esa discusión, ese debate, porque los revolucionarios de 1917 tomaron al aborto legal como una bandera de sus ideales. Apenas tres años después de llegar al poder, los líderes de la Unión Soviética despenalizaron el aborto el 18 de julio de 1920 y así el país se convirtió en pionero en ese aspecto.
Las mujeres de la cúpula soviética estaban convencidas de que era un derecho de las mujeres poder elegir sobre su cuerpo y es que el país venía de una época imperial en la que el atraso a niveles socioeconómicos era muy marcado: los ricos vivían, los pobres morían.
Lenin y compañía se quisieron diferenciar desde el minuto uno de los zares feudales. Pusieron al Estado como protector de los ciudadanos y sobre todo a las mujeres, que era un grupo que estaba totalmente relegado dentro de la sociedad. La salud pública fue uno de los puntos clave para que la población se sienta dentro de los brazos del nuevo gobierno.
Sin dudas que esa medida marcó un hito no sólo en la antigua Unión Soviética, sino en todo el mundo, porque muchos países se vieron reflejados en ese espejo. Si bien el gigante euroasiático lo hizo casi 100 años antes, marcó el camino para muchos que, en general, a partir de la década del 2000 comenzaron a despenalizar el aborto en diferentes partes del mundo.
Contradicciones
La caída de la Unión Soviética fue devastadora. La economía sufrió mucho y a partir de eso, como sucede siempre, pagó el pueblo. Pero desde ese momento surgieron innumerables problemas en la sociedad y, entre ellos, las dudas sobre si el Estado debía o no hacerse cargo de ciertos temas, como la Salud Pública. Se empezó a cuestionar seriamente las injerencias del gobierno sobre la población y sus responsabilidades.
Paradójicamente, cuando cerca del 2000, años más o años menos, se comenzó en diferentes partes del mundo a debatir acerca de la despenalización del aborto, en Rusia empezaron a generarse movimientos para revocar una ley casi centenaria.
Los nuevos habitantes de la Duma (el Congreso para los rusos) intentaron en 2011 abolir ese derecho que habían instaurado los soviéticos. No tuvieron éxito, aunque lograron hacerle reformas a la ley, que otorgaban, por ejemplo, la posibilidad a los médicos de negarse por "cuestiones de convicción".
Hoy, cuando en Argentina el tema está candente, en Rusia sucede algo similar, aunque suena raro porque hace casi 100 años fueron los pioneros en la despenalización del aborto. Contradicciones de un país que supo ser imagen para muchos y que en estos tiempos es, de una manera muy diferente, una potencia reformada.