Educar diferente, esperando el edificio propio
Las otras Proa. Son 39 los alumnos que cursan con entusiasmo en un predio "prestado" en barrio Independencia las materias obligatorias del secundario y además, un trayecto de formación especializada en Biotecnología y Software. Cursan 8 horas y no se llevan tarea a casa; la notas también son distintas. Si se cumplen los plazos de obra previstos, en 2020 se mudarán a Palmares y La Milka, respectivamente.
El ciclo lectivo 2019 en San Francisco sumó dos nuevas escuelas Proa (Programa Avanzado de Educación), abocadas a las especialidades en Biotecnología y en Desarrollo de Software, aunque todavía en ambos casos, carecen del edificio propio donde llevar a cabo sus actividades.
Sin embargo eso no impidió que estos proyectos pedagógicos se sumen a la oferta educativa de la ciudad a partir de la utilización del predio del exCuem (Centro Urbano de Expresión Moderna), ubicado en Bv. Roca 3160, esquina Ecuador.
Hasta allí, muy temprano por la mañana llegan 39 jóvenes con las mejores expectativas y toda la predisposición por aprender los contenidos que dicta un programa educativo muy particular, que se diferencia del sistema tradicional de enseñanza en la provincia de Córdoba.
La primera de estas escuelas experimentales desembarcó en 2014, con orientación en informática (ex anexo del Ipet 50) y este año inauguró el edificio propio en el barrio Ciudad. Este establecimiento tiene en la actualidad 261 estudiantes y a fin de año egresará la primera promoción de técnicos en programación.
En el edificio de barrio Independencia, 18 jóvenes comienzan las clases todos los días abordando contenidos relacionados con la Biotecnología mientras que otros 21, en el aula contigua, se especializan en Desarrollo de Software.
Como en el circo, pero en la escuela para
aprender jugando
Mientras tanto, se llevan a cabo las obras para la construcción de dos establecimientos educativos donde albergar a estos estudiantes.
En la esquina de Güemes y España, de barrio Palmares, en el norte de la ciudad, se llevan a cabo las primeras tareas para el edificio de la Proa en Biotecnología, mientras que en barrio La Milka, en un predio lindante a la escuela "Lucía V. de Aimetta", en el sector sur, se ubicará el edificio para el Proa en Desarrollo de Software.
La creatividad al aula
A diario los docentes del Proa ponen en marcha una variedad de estrategias que buscan llegar a los estudiantes y de esa manera desarrollar el proceso de enseñanza aprendizaje utilizando todas las alternativas posibles.
"Nosotros sabemos que podemos tener muchos recursos o bien, como en este caso, no tener todo, pero sin embargo se puede dar clases. Si bien estamos esperando que lleguen algunas otras cosas, apelamos mucho a la creatividad y en base a eso trabajamos todos los días", explicó la profesora Natali Molina, coordinadora de la sede San Francisco del Proa en Biotecnología.
Natali Molina y Viviana Kieffer
En el plano docente, cuentan con un plantel de profesionales que tienen experiencia en el Proa con orientación en Informática, que ya tiene su edificio propio en calle Las Guayanas 533, en el corazón del barrio Ciudad.
"Buscamos hacer actividades diferentes a lo que el sistema tiene como ya establecido porque la idea apunta a cambiar lo que no funciona en el sistema", comentó por su parte la licenciada Viviana Kieffer, coordinadora del Proa en Desarrollo de Software.
Más carga horaria
Si bien se dictan los mismos contenidos pedagógicos que en las otras escuelas, el hecho de contar con una mayor carga horaria permite que se sumen otros espacios. Los estudiantes comparten jornadas educativas de 8 horas. En ese período, reciben el desayuno, el almuerzo y la merienda.
La escuela como un club
Además de su formación pedagógica con materias básicas como Matemáticas, Lengua, Biología o Educación Física, los alumnos del Proa comparten otras actividades educativas y recreativas pensadas en formato de clubes.
Cada club es un espacio donde el docente no sigue un programa determinado mientras que el joven puede desarrollar actividades deportivo recreativas que se entienden como un complemento indispensable en su proceso formativo.
Los estudiantes de la especialidad en Desarrollo de Software participan del club de Deportes donde llegan a recibir entrenamiento en actividades circenses como equilibrio con pelota, malabarismo, etc.
En el caso de los estudiantes de Biotecnología, cuentan con el club de Ciencia y Tecnología, Arte, Educación Física y Robótica.
En ambas especialidades, estas tareas se combinan con actividades plásticas y el club de Arte.
"El aprendizaje se puede dar fuera del aula también", afirman los docentes
"El objetivo de la participación de los estudiantes en estos clubes es que pasen tiempo ocupados en otras actividades que no tengan que ver con la tecnología o la especialidad para la que se están formando y de esa manera puedan desarrollar otras habilidades deportivo recreativas que se consideran como complemento en el desarrollo de la creatividad", explicaron las profesionales.
Molina comentó que "esto es un claro ejemplo que muestra que el aprendizaje se puede dar fuera del aula también, en este tipo de actividades, en cualquier ámbito porque aquí se aprende de manera constante".
"Los chicos vienen con ganas de aprender"
En su explicación, la docente destacó que "nosotros vemos que los chicos vienen con ganas de aprender, disfrutan mucho de todo lo que aquí se les ofrece".
A diferencia de lo que ocurre con una escuela técnica, en estos casos, los estudiantes comienzan desde primer año a recibir la orientación en la especialidad elegida. De esta manera, desde el primer día tienen espacios curriculares específicos en Biotecnología o en Desarrollo de Software, según sea la especialidad que cursen.
Prácticas en la UTN
En la espera de contar con un espacio propio, más equipado y acorde al dinamismo escolar, la Facultad Regional San Francisco de la UTN juega un rol clave en el desarrollo de la tarea práctica en ambas especialidades.
Luego de las vacaciones de invierno, en el segundo semestre, los estudiantes del Proa desarrollarán sus especialidades prácticas en los laboratorios que posee la facultad.
Biotecnología posee una intensa carga horaria en materias como Biología, Química y Física, consideradas como las bases de la especialidad. "Estamos trabajando para que los chicos puedan ir al laboratorio de Química de la UTN para que puedan experimentar y conocer de manera directa cómo se trabaja en ese ámbito", indicó Molina.
Lo mismo ocurre con la especialidad en Desarrollo de Software. Su coordinadora señaló que "lo principal son las computadoras y para eso vamos a empezar a trabajar en la UTN hasta tener computadoras propias aquí".
Mientras tanto los jóvenes "despuntan el vicio" haciendo verdaderas autopsias a computadoras en desuso para saber de qué están hechas. "Eso es algo que les encanta, se entusiasman mucho y trabajan muy bien con los teclados, los monitores, los gabinetes, etc. -siguió- Kieffer. Comienzan con la incorporación de conocimientos teóricos hasta que luego puedan empezar a trabajar en aspectos como diseño y programación".
Las dos escuelas funcionan en el exCuoem, mientras esperan el edificio propio
Apoyo escolar
Los estudiantes de las escuelas Proa reciben apoyo mediante un sistema de tutorías, considerados como espacios de 40 minutos dentro de las materias troncales como Matemáticas, Física y Química donde puedan apropiarse de contenidos que no pudieron ser aprendidos en clase.
"Estas tutorías se brindan con el mismo docente y se presentan como una buena oportunidad para aquellos padres que no puedan pagar un docente particular para sus hijos", destacaron las entrevistadas.
Sin tareas y con distinta calificación
La mayor carga horaria que tienen los estudiantes hace que los docentes no les pidan hacer deberes para las clases siguientes. "La idea es que puedan realizar sus actividades mientras están en horario de clase", comentó Molina aunque agregó que "puede ocurrir que fuera de la escuela tengan que trabajar para realizar o terminar algún trabajo práctico, pero nada más".
Otro aspecto que diferencia a las Proa de las escuelas convencionales es el cambio en el sistema de calificación. Aquí no se evalúa por notas sino por aprendizaje.
"En estos espacios contamos con notas cuantitativas y cualitativas porque la idea es que el profesor se fije dos o tres aprendizajes en cada contenido y a partir de allí evalúe los mismos. En caso de que alguno de ellos merezca volver a ser evaluado, se lo hará", graficó la docente.
"Si el estudiante tiene que rendir, solo lo hará por aquellos contenidos sobre los cuales no alcanzó el nivel de aprendizaje y no de toda la materia. La idea es que aprenda sí o sí y no que estudie de memoria un contenido para que luego a los pocos días no los sepa más", acotó.
Dos edificaciones en marcha
Si bien la construcción de los edificios que albergarán a las dos escuelas Proa se encuentra en la primera fase de movimiento de suelo, las autoridades provinciales esperan que para febrero de 2020 puedan estar en condiciones de recibir a los estudiantes.
El director general de Infraestructura Escolar de la provincia de Córdoba, el arquitecto Carlos Giovannoni, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que "los edificios para estas escuelas van a tener características propias", con elementos que los diferencian de los establecimientos tradicionales.
"Los estudiantes tienen mucho entusiasmo que incluso los hace trabajar aún en los recreos. Para eso pensamos en espacios llamados 'de la creatividad' donde ellos siguen desarrollando sus iniciativas en un ambiente acorde. Además tienen pasillos muy anchos que sirven para relax y al mismo tiempo, continuar con los trabajos".
La Proa en Biotecnología se edificará en España y Güemes, en Palmares
Sobre la marcha de las obras para los dos nuevos edificios en Palmares y La Milka, el funcionario comentó que "se ha firmado un contrato con una empresa española que ganó la licitación. Si bien está un poco demorado el inicio, ya comenzaron los trabajos".
Si bien el diseño arquitectónico de estos edificios tendrán características similares al Proa de calle Las Guayanas, Giovannoni comentó que "habrá modificaciones porque el que ya está en funcionamiento tiene una concepción más antigua. En estos casos habrá un diseño intermedio buscando etapas superadoras".
Básicamente, este tipo de escuelas experimentales cuentan además de aulas con talleres de usos múltiples, salón de usos múltiples, laboratorio de ciencias y área de gobierno, entre otros sectores.
El edificio de la Proa en Software ya se
construye en Antártida Argentina al 70, en La Milka.
Estos dos nuevos establecimientos forman parte de un grupo de 34 obras similares que se están construyendo en distintos lugares del territorio provincial.
Según explicó Giovannoni, "los edificios cuentan además con tecnología constructiva, con fachadas ventiladas y
revestimientos por los cuales pasa el aire por detrás haciendo que el gasto en aire acondicionado sea inferior a lo convencional".