Donde la magia de la fotografía resiste el paso del tiempo
En Curiotto los métodos tradicionales de revelado analógico conviven con las tecnologías digitales y notan con alegría que hay una tendencia a volver a la sensación de disfrutar las imágenes impresas en papel.
Es como un túnel del tiempo. Cuando uno ingresa al local de Curiotto siente que pone un pie en el presente, pero a medida que avanza en el espacio físico, retrocede años en la línea histórica de la fotografía.
Las luces y colores estridentes de lo digital, accesorios de tecnología bluetooth y cámaras de última generación reciben a los clientes que mantienen bastante ocupados a los empleados, que van de acá para allá a un ritmo vertiginoso.
Pero cuando uno se adentra en la parte menos conocida del tradicional edificio céntrico, la atmósfera se tiñe de sepia y todo se ralentiza. Comienza a respirarse la magia de la fotografía en su más pura esencia.
Allí, en las salas más profundas abundan viejos carteles publicitarios, fotos ganadoras de concursos y sus respectivos premios, recortes de diarios y cámaras de diferentes épocas. Hay algunas tan pequeñas y raras que hacen pensar que las usó un agente de la KGB en plena Guerra Fría. La mística, decíamos, alimentada por la omnipresente imagen de Don José.
Pero lo más llamativo es que el contraste no es chocante, ni en lo estético ni en la práctica. Porque en Curiotto se enorgullecen de mantener los tradicionales métodos de revelado y sus altos estándares de calidad y a su vez brindar las principales novedades del rubro.
Pablo Ribodino, la cabeza del grupo, habla con pasión cuando cuenta que se está viviendo un momento muy particular en la fotografía, precisamente por este encuentro de generaciones. "Hay un regreso al deseo de imprimir la foto en papel de calidad, para preservar el recuerdo. Incluso muchos jóvenes comienzan a usar el rollo y por primera vez experimentan la sensación de tomar una imagen y no saber cómo salió hasta que la tienen en sus manos", expresa.
Volver a las raíces
Es que los avances tecnológicos pusieron en las manos de millones de personas la posibilidad de tomar fotografías de buena calidad, algo que si se suma a las pantallas HD y los filtros de las redes sociales, da por resultado un combo muy atractivo en envase de teléfono celular.
Este boom, que ya lleva varios años, derivó en un especial interés en el aprendizaje de los aspectos más técnicos de la fotografía. Hoy, los cursos que se dan en nuestra ciudad en sus diferentes modalidades cuentan con lleno total y lista de espera.
Allí, cuando el alumno apasionado descubre que el encanto también radica en la impresión, comienzan a ver en el revelado la posibilidad de materializar sus primeros trabajos artísticos.
Pero no solo quienes se apasionan por la fotografía a tal nivel muestran este interés, sino que también hay un regreso al revelado del aficionado que quiere conservar el recuerdo de unas vacaciones, de un fin de semana de pesca o de un momento familiar irrepetible.
Hoy, las fotografías no solo se plasman en papel tradicional: hay fotolibros (los más elegidos por recién casados y quinceañeras), señaladores, calendarios, imanes. Todo puede llevar una imagen.
En Curiotto alientan el regreso al revelado apoyados en una vasta historia y prestigio. Ribodino considera que "esta casa que tiene más de 70 años aporta algo muy lindo a nuestra ciudad. Tenemos la hermosa posibilidad de dejar grabada en fotos miles y miles de historias de ciudadanos de San Francisco y la región. Eso nos hace distintos a otros negocios. Creemos que nuestro aporte es importante. Muchas familias, empresas o instituciones confían en nuestro trabajo desde hace muchos años. A veces vienen comisiones de clubes o fábricas que nos cuentan que nosotros habíamos revelado sus fotos y nos encontramos con imágenes de más de 40 años en excelente estado. Ahí se demuestra la calidad, del papel, del factor humano que participó en ese revelado. Eso es esta casa: es mucho más que venir a revelar una foto, es recibir el consejo de gente a la que le apasiona lo que hace".
La particularidad de ofrecer la posibilidad del revelado de rollos (sistema analógico), digital y termal, hacen de Curiotto una empresa de las que no abundan. "En realidad la fotografía no cambió: es más, está pasando por su mejor momento. Hoy se toman muchísimas más fotos que antes. Lo que se fue perdiendo un poco es esa costumbre de que de 36 fotos que en su momento se sacaban que era lo que te permitía el rollo se revelaban las 36. Hoy en un viaje uno puede sacar 500 o 600 imágenes, pero no nos tomamos el tiempo de revelar ni 10", describe Ribodino.
Sin embargo, acota: "Pero de a poco se está retomando esa costumbre: hoy la gente está volviendo a imprimir esas 10 fotos. Se entendió que todos los dispositivos digitales son muy buenos porque en esas pantallas todas las fotos son lindas, pero cuando uno imprime una foto y vuelve a verla o la muestra a un amigo o ser querido, revive ese momento, vuelve a contar esa historia a través del papel. Por suerte eso está volviendo".
Para que ello suceda hay un componente emotivo muy importante. "Hoy entendimos que hay generaciones enteras de jóvenes que no se imaginan la posibilidad de sacar una foto y no verla al instante, no conocen la emoción de terminar un rollo y no saber qué saldrá de ahí. Hoy es un poco 'pro' sacar fotos con el método analógico", cuenta.
"Lo que imprimís es para siempre", resalta Ribodino, y agrega que "cuando uno se sienta a ver una caja de fotos o un álbum, automáticamente se traslada a ese momento. Recuerda qué pasó ese día, en qué contexto se tomó la imagen. Por eso se dice que una foto vale más que mil palabras".
Un momento especial que vive la familia de Curiotto Fotografía es cuando alguien lleva como tesoro un puñado de rollos encontrados en un viejo cajón, rescatado del olvido, o heredado de un ser querido que falleció. Entonces, la expectativa y la emoción son inmensas. Allí adquiere gran importancia el profesionalismo y el trato de quien tiene bajo su responsabilidad tratar con el mayor cuidado posible esa reliquia.
"Hoy estamos acostumbrados a que lo digital va de acá para allá con mucha facilidad. Pero el manejo de rollo requiere una responsabilidad distinta: hay que hacer las cosas muy bien para obtener la imagen. Eso está muy bueno y por suerte está volviendo", deja a modo de mensaje esperanzador para culminar una charla rodeada por la mística y la historia de una casa tradicional cuyo nombre es sinónimo de prestigio.