Cuarentena y grieta
La cuarentena está dejando de ser una medida de política de salud pública para pasar a formar parte de la discusión ideológica y partidaria. Es decir, el aislamiento es ya un nuevo motivo de grieta.
La salida de la cuarentena será mucho más difícil que la entrada. Esta sentencia es el resultado del análisis que se está haciendo en las principales ciudades del mundo, hoy convertidas en laboratorios. Es que en esas grandes urbes será experimentando el modo de atenuar o terminar con el aislamiento sin sacrificar los éxitos alcanzados en la lucha contra el Covid 19.
La necesidad de equilibrar la cuestión sanitaria afligente y las alarmantes necesidades económicas y sociales determina que se prueban variadas soluciones que combinan la atención entre estos dos grandes ámbitos. Sin embargo, se está viendo que aflojar el confinamiento de la población, aun cuando se hayan alcanzado números sanitarios muy aceptables, es un camino plagado de obstáculos.
En la Argentina está asomando una traba mayor aún. Que podría acarrear consecuencias desgarradoras. Y que es producto de la irracionalidad ideológica en la que se mueven algunos dirigentes políticos, quizás la mayoría. Para ellos, la cuarentena está dejando de ser una medida de política de salud pública para pasar a formar parte de la discusión ideológica y partidaria. Es decir, el aislamiento es ya un nuevo motivo de grieta.
Mientras las medidas preventivas eran restrictivas, algunas exaltadas voces de la oposición reclamaban la apertura de la economía con argumentos que, en ocasiones, subvertían la escala de valores colocando a la producción económica por encima de la vida humana. Desde algunos sectores se despachan furibundas críticas contra los distintos gobiernos a quienes acusan de estar "enamorados" de la cuarentena y de pretender la imposición de un régimen que cercene las libertades de los ciudadanos. Varios de ellos ocultan bajo estas apreciaciones una defensa de determinados intereses sectoriales.
Enfrente, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, algunos intendentes del Conurbano y funcionarios importantes del gobierno de ese distrito han comenzado a hacer públicos duros cuestionamientos a la apertura que se ensaya en determinadas regiones, poniendo foco en lo que ocurre en la Capital Federal, gobernada por un dirigente de la oposición. Así, los voceros de esta posición esgrimen argumentos durísimos contra quienes pretenden "matar" a millones de argentinos. Esconden bajo esta postura el anhelo ideológico de que el Estado determine cómo debe ser la vida de los argentinos.
La discusión ha tomado ahora un estado público preocupante. Pero no lo era menos en las últimas semanas, debido a que en las redes sociales estas manifestaciones intolerantes y extremas se expresan sin medias tintas, con una violencia verbal que espanta. Entonces, la de por sí complicada salida de la cuarentena será mucho más dificultosa. Porque las posiciones ideológicas irreductibles y autoritarias han recrudecido y vuelven a dominar el debate público.