Condenaron a policías cordobeses por falsificar documentos públicos para obtener información sobre particulares
El Tribunal Oral Federal 2 dispuso prisión para los uniformados, aunque ambos seguirán en libertad, al menos hasta que la sentencia quede firme.
Dos policías que se desempeñaban en la Jefatura Central de Córdoba fueron condenados hoy por falsificación de documentos públicos para obtener información de particulares, entre 2007 y 2009, informaron fuentes judiciales.
Se trata del comisario mayor retirado Ángel Ariel Ávila (47), quien estaba a cargo de la Dirección de Análisis e Investigación de las Comunicaciones (Daic) de la Policía de Córdoba, y uno de sus subordinados, el suboficial mayor retirado Rubén Adrián "Carpincho"López (54).
El Tribunal Oral Federal 2 dispuso la condena a cinco años de prisión para Ávila y de cuatro años para López, aunque ambos seguirán en libertad, al menos hasta que la sentencia quede firme tras las apelaciones.
Además, los jueces ordenaron ampliar la investigación sobre quiénes fueron los damnificados de esas averiguaciones ilegales.
Las penas coinciden con las que solicitó en su alegato el fiscal federal Carlos Gonella quien dijo a Télam que pidió "una pena mayor para Ávila porque tenía mayor responsabilidad. En ese momento era comisario inspector y estaba a cargo de tres áreas: la Daic, la Divisón Operacional y la Escuela del Crimen de la Policía".
Los policías llegaron al juicio acusados de librar oficios judiciales "truchos" -invocando pedidos judiciales inexistentes- para solicitar a las telefónicas la titularidad de una línea, las llamadas entrantes y salientes, las celdas, los SMS y otros datos de diversas personas.
Gonella estimó que "la información que obtenida pudo haber sido vendida a particulares o utilizada con otros fines" y aclaró que "eso es lo que debe investigarse ahora".
"Fue especialmente grave la intromisión a la intimidad de las personas por ser un derecho constitucionalmente resguardado", remarcó el fiscal.
Fuentes judiciales informaron que durante el juicio Ávila y López se abstuvieron de declarar.
Mientras duró esta larga investigación, ambos acusados recibieron felicitaciones y ascensos, hasta que pasaron a retiro.
Hoy Ávila hace asesoramiento en seguridad y está a punto de finalizar su licenciatura en esa disciplina y "Carpincho" López es empleado de un taxi.