Con la Bandera en alto y sueños sin techo
Dos estudiantes de nuestra ciudad son ejemplo de su superación constante. Su discapacidad motriz no les impidió set abanderados en sus respectivos colegios.
FOTO: "Aprendí la lección más difícil: ser más grande que lo problemas y vencer mis propias resistencias", afirmó Nerella
Mientras muchos adolescentes reniegan cada mañana porque tienen que ir al colegio, ellos se levantan todos los días con una sonrisa. De hecho, se ponen tristes cuando, por algún motivo, no puede ir a clases.
Narella Camusso y Jorge Ceballos son ejemplos verdaderos de superación. Aunque necesiten una silla de ruedas para desplazarse, su condición nunca les impidió estudiar y con esfuerzo lograron calificaciones que los llevaron a tener promedios de 9,30 y 8,40, respectivamente, dignos de portar la Bnadera, esa que llevaron con orgullo en el último desfile patrio del 25 de Mayo.
En el Día de la Bandera, rescatamos sus historias de vida.
Narella sufre Dejerine Sottas, una enfermedad neurológica rara que afecta su movilidad y la obliga a utilizar silla de ruedas para trasladarse largas distancias. Con 17 años es la escolta de la Bandera de la provincia de Córdoba en el Instituto San Francisco de Asís (Isfa).
Por su parte, Jorge tiene parálisis cerebral espástica lo que le produce una rigidez en el movimiento de sus extremidades. Su familia adaptó su silla de ruedas para que pudiera llevar la celeste y blanca como abanderado del Instituto de Modalidad Especial Apadim.
"Es un orgullo para mí llevar el color de la Bandera de la provincia de Córdoba porque fue mucho el esfuerzo que hice para llegar hasta aquí", dijo Narella a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Es emocionante llevar la Bandera argentina porque nos representan a todos", aportó Jorge en la misma sintonía.
25 de Mayo, como una prueba de fuego
Tanto Narella como Jorge vivieron su momento más emotivo en el desfile cívico del 25 de Mayo. Aunque ya pasó casi un mes, no olvidan la importancia que tuvo ese evento en su vida. Los dos, con su silla de ruedas, recorrieron las tres cuadras del bulevar de adoquines que cada año es escenario de la fiesta patria.
"No quería perderme el desfile porque alcancé mi lugar como escolta de la Bandera de Córdoba después de mucho sacrificio y además, nunca había hecho algo así", contó Narella.
La decisión no fue fácil. "Me resistía a la silla de ruedas pero tenía que estar en el desfile y portar los colores de la bandera cordobesa. Con esto aprendí la lección más difícil: ser más grande que lo problemas y vencer mis propias resistencias", reflexionó.
Narella desfiló acompañada de Candela Giraudo y sus 31 compañeros de curso y con el apoyo de toda su familia. "Ellos hacen posible que uno pueda cumplir con los objetivos y deseos", aseguró.
En el caso de Jorge, doble fue el mérito, ya que para el desfile del 25, su madre le adaptó la silla para que pudiera llevar la Bandera. "Mi mamá sabía lo importante que era para mí llevar la Bandera y estar en el desfile. La única manera era adaptando la silla para colocar el asta de la Bandera, que quede firme y la pueda trasportar sin problemas. Mi mamá lo hizo posible y cumplí mi sueño".
"Cuando me dijeron que iba a ser el abanderado, me largué a llorar", confesó Jorge Ceballos, que adaptó su silla de ruedas para portar la Bandera en el desfile del 25
"No creo que existan limitaciones, eso lo pone uno"
Ambos estudiantes reciben su formación de manera diferenciada, pero eso no justifica sus altas notas. El logro es de ellos, que con esfuerzo aprenden y se superan día a día en el aula. "Me gusta mucho estudiar, investigar en Internet sobre diversos temas. Cuando me dijeron que iba a ser el abanderado, me largué a llorar", recordó Jorge.
Para estar entre los abanderados y escoltas, además de buenas notas es necesario un buen comportamiento y asistencia perfecta. "Hay días en que me dolía la espalda y pensaba en quedarme en casa, pero sabía que tenía la responsabilidad de ir a clases, de no faltar y de estudiar", indicó Narella.
"Tengo una agenda cargada de actividades extraescolares como la fisioterapia, la psicóloga, el terapeuta ocupacional y psicopedagogía. En ese mundo, hay que estudiar y hacer cosas para el colegio pero uno asiste con gusto a cada especialista porque lo importante es estar bien para poder seguir adelante", siguió la joven.
Narella ya sueña con su futuro como licenciada en Teatro y Jorge quiere seguir formándose como DJ. Los dos encuentran en el arte una forma de ser y de expresarse más allá de sus limitaciones físicas. "No creo que existan limitaciones, eso lo pone uno. No podré caminar por mucho tiempo o tal vez no pueda hacer la misma actividad que cualquier actor, pero la actuación va más allá del cuerpo", sostiene Narella.
Jorge prefiere seguir haciendo sonar la consola aunque la parálisis cerebral complique la movilidad de sus manos. "Mis padres me ayudan pero la mayoría de las cosas las soluciono yo. Me puede llevar más tiempo pero no me rindo, voy y lo hago".
Sin dudas, ambos son ejemplos de resiliencia y superación, por su espíritu y vocación para afrontar adversidades.