“Como colectivo trans hemos avanzado hacia un lugar que por mucho tiempo no ocupamos”
Las chicas van en busca de sus propias conquistas y con fortaleza valoran cada firma en su más reciente campaña para que la inclusión laboral sea real.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Marzo es un mes de muchas fechas, pero para muchas personas pasa de largo que el primer día del mes es reconocido como Día de la Cero Discriminación para ratificar que es necesario poner fin a las desigualdades de ingresos, sexo, edad, estado de salud, ocupación, discapacidad, orientación sexual, uso de drogas, identidad de género, raza, clase, etnia y religión.
Las chicas trans de la ciudad luchan contra esas desigualdades, decidieron romper ese estereotipo de marginalidad y oscuridad en que la sociedad se empeñaba en colocarlas para brillar y salir adelante.
Llevan dos años organizadas a través del "Colectivo Trans San Francisco" y con firmeza lograron vencer muchos reveses de la vida, sin embargo, falta mucho más. La inclusión laboral, es uno de esos ejemplos y por eso lanzaron una campaña de recolección de firmas para que en la ciudad se adhiera al decreto 721/2020 que estableció el Cupo Laboral Travesti Trans en el sector público.
"Somos todos iguales, pero a la hora de seleccionar de antemano se pone nuestra sexualidad para acceder a un puesto laboral. Es necesario ejemplificar a través del Estado para impulsar el cambio social porque quieras o no sin el Estado no se puede porque ellos ejercen el poder", explicaron las chicas.
Reconocer a todas las personas como iguales y garantizarles que tienen derecho a acceder a las mismas no significa que eso en la práctica suceda y el decreto, es una prueba de ello. Si una localidad no adhiere es más difícil que la política sea verdaderamente inclusiva.
"A comparación de tiempo atrás la gente está distinta y tiene que ver con nuestras actividades desde hace dos años donde mostramos otra faceta. La sociedad necesita reeducarse ante nuestro colectivo, no por ser trans tenés que prostituirte, podés capacitarte, formarte, ser lo que quieras, pero no hay una inclusión genuina a nivel laboral", dijeron las representantes del grupo.
El sesgo sigue
El año pasado las chicas pasaron tiempos muy difíciles, la exclusión las sigue volcando hacia la prostitución como modo de subsistencia y ante la situación actual eso fue imposible. Muchas se las han rebuscado, pero el meollo de la cuestión es que nadie quiere darles una oportunidad por su género.
"Esta es una situación que exponemos, los motivos por los que nos autoconvocamos y que la organización está activa. El año pasado nos ayudó la gente, los vecinos, hicimos una campaña y apoyaron otras organizaciones y nadie más", contaron.
De golpear puertas nunca se cansan, así lograron articular con el Hospital J.B. Iturraspe y alcanzaron el anhelado consultorio inclusivo, su primera respuesta desde el Estado y ahora buscan más.
Una firma vale mucho
Ya se cumplieron tres fechas en que las chicas se instalaron en distintos espacios públicos para invitar a la gente a firmar una planilla en apoyo a su pedido para que el municipio adhiera al decreto de 2020 y también se trabaje en políticas inclusivas donde el Estado sea impulsor.
"Hemos tenido buena repercusión, hubo gente que no quiso firmar, pero por desconfianza de sus datos. La idea es llevar adelante una campaña de inclusión laboral para que se implemente el decreto y que tenga aplicación en la ciudad", señalaron.
Si mediante la movilización del colectivo no hay éxito, prepararon también un proyecto de Ordenanza que se elevará al Concejo Deliberante y que se trate el tema, su intención es que "las firmas le den más fuerza".
"Hemos visto que la gente, un sector muy grande quiere que nosotras tengamos acceso al trabajo, existe desconocimiento, que queremos acceder por dedo y no es así. El proyecto establece que estemos capacitadas, no dar trabajo por ser trans. Queremos que se hagan programas de inclusión, que se incentive al sector privado", dijeron.
Perseverantes
Desde aquella primera manifestación pacífica frente al Palacio Municipal nunca tuvieron ninguna respuesta eficiente: "Las que hubo fueron a través de Desarrollo Social donde ofrecen ayuda o un bolsón, pero eso es emparchar una situación que hace rato tironeamos".
Solo una vez hubo una respuesta del Estado para con el colectivo trans de nuestra ciudad y fue cuando se inauguró el consultorio inclusivo en el Hospital J.B. Iturraspe. La vida cambió mucho en cuanto a salud desde ese entonces.
"La mayoría no íbamos al médico por el destrato, porque nos llamaban por el nombre que nos habían puesto y no el que elegimos, ni te querían revisar", expresaron. Ellas ahora se lo apropiaron, encontraron seguridad en ese lugar y es un espacio aprovechado también por personas de - por ejemplo - Arroyito, Porteña, Morteros o Tránsito.
Las chicas consideran que hubo muchos cambios sociales alrededor: "Las personas tienen buena aceptación con nosotras, creo que es porque nos hicimos más visibles. Como colectivo trans hemos avanzado hacia un lugar que por mucho tiempo no ocupamos en la sociedad".
Enfrentar estas cosas permite que vaya difuminándose la idea de que "son un cuerpo en la noche o la esquina" y surja la empatía entendiendo que detrás de ellas hay sentimientos, familias, necesidades e historias de vida fuertes como con cualquier otra persona.
Nuevas generaciones
En estos dos años desde que se organizaron "se han sumado chicas nuevas que tienen 18 o 20 años" y a las que quieren "mostrarles que hay otra realidad para ellas".
"Hoy hay otro tipo de oportunidades, antes eras excluida de los espacios de educación, si bien no hay una inclusión genuina más en lo laboral pero las instituciones son más abiertas y en las educativas hay otra perspectiva. Ya nacieron con una ley que las ampara, nosotras no", indicaron.
Hay muchas cosas que se lograron que al redescubrir su identidad de género las nuevas generaciones observan desde otra perspectiva, por ejemplo, dijeron: "Si la pandemia hubiera ocurrido en los '90 hubiéramos desaparecido porque antes la gente nos tenía miedo. Si íbamos a una plaza la misma gente llamaba a la policía".
"Hasta que salió la ley nos mostraban incluso los medios en un contexto marginal y sigue pasando que no se nos nombra con el artículo correspondiente. Como nosotras avanzamos a la gente no les quedó otra que aceptarnos, nos apropiamos de ese lugar", sostuvieron.
Las chicas también resaltaron que el sesgo discriminatorio pesa más sobre ellas que en los varones trans, repitiendo el patrón de una sociedad patriarcal.
"Sigue siendo más difícil para las chicas que los varones trans, ellos no se relacionan con el colectivo, tienen empleo, eso es porque nosotras insistimos en que socialmente somos discriminadas por una concepción machista, el hombre cree que nosotras traicionamos el género, esa masculinidad. Como la sociedad está regida por varones pasa esto", finalizaron.
Ser trans algún día dejará de estar asociado a la marginalidad, exclusión y prostitución, ese día ellas y ellos por completo podrán ser y también hacer lo que más desean, ese logro tendrá el nombre de estos colectivos.