Cómo ayudar a una persona que está pasando por un duelo
Muchas veces nos pasa, cuando acompañamos a alguien que está afrontando la muerte de un ser querido, que no sabemos qué decir o hacer y nos sentimos incómodos. Sin embargo en ese momento de dolor es importante demostrarle cercanía, escucha y contención.
El duelo es un conjunto de reacciones
emocionales, físicas, cognitivas y espirituales que suceden en la
persona, tras sufrir la pérdida de un ser querido. No es
patológico en sí mismo, hay fases o etapas que hay que atravesar
hasta aceptar la pérdida y aprender a vivir con la ausencia del ser
querido.
Actualmente muchas personas consultan acerca de la situación de duelo -porque ellas mismas lo atraviesan, o porque alguien muy cercano lo está haciendo- y desconocen lo que implica el proceso, manifiestando muchos miedos e incertidumbre.
¿Qué hacer cuando alguien cercano pasa por un duelo?. "Es necesario dejar que la persona se exprese, manifieste los sentimientos, dejar que llore. Escuchar mas que opinar y aconsejar, es importante que la persona se sienta escuchada. El contacto físico, un apretón de manos, un abrazo, una caricia, cobran vital importancia, porque es una etapa de desestructuración y desequilibrio. Es una etapa que la persona debe elaborar y atravesar, no podemos evitarlo, pero si acompañarlo", aconsejó la licenciada en Psicología, Carla Córdoba (MP-5242) que brinda contención y asesoramiento en la empresa Rosso Hnos de nuestra ciudad.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO respondió a las dudas sobre como afrontar y acompañar en este proceso y destacó la importancia de entender que el duelo es un proceso que cada uno atraviesa de manera particular.
- ¿Todas las personas viven el duelo de la misma manera?
No todos viven el duelo de igual manera. El proceso de duelo que desarrolla cada persona es particular, existen elementos subjetivos involucrados, donde influyen muchos factores, por ejemplo: la relación que la persona tenía con la persona fallecida, las características de la muerte, la historia de pérdidas de la persona, su capacidad de resiliencia, etc. Cada persona lo experimenta con un ritmo y una intensidad propia.
- ¿Qué se debe hacer cuando tenemos que acompañar a una persona en esa situación?
Ante todo considerar que el duelo es un proceso, donde se tienen que reajustar las emociones, reestructurar los pensamientos y algunas conductas que se han desestabilizado ante la pérdida. El apoyo y la compañía son importantes, alivian el stress emocional que la pérdida supone. Es el apoyo social y el grado de confianza en la permanencia de ese apoyo, lo que facilita el proceso.
- ¿Cómo acompañarla después cuando todos vuelven a la vida normal?
Sucede que en el momento del fallecimiento, la persona está acompañada, mucha gente, visitas, llamadas etc. Esto es comprensible porque es el momento donde el impacto emocional es más fuerte, se afronta la noticia de una situación irreversible. ¿Pero luego, qué ocurre...? . Luego, en muchas ocasiones llega el vacío, la soledad. Por eso es fundamental el acompañamiento, la contención y el apoyo durante el transcurrir de los días, porque es justamente en el día a día, que se notará la ausencia del ser querido, en la cotidianeidad.
Además, muchas veces no ayudan los comentarios del entorno, hay que ser cuidadosos para no obstaculizar la elaboración del duelo. Los consejos de las personas cercanas suelen ser: "tenes que ser fuerte" "ya está, recupérate rápido", "tienes que distraerte", "tienes otros hijos", y es ésta insistencia la que hace que no se pueda realizar el proceso, que no se resuelva el duelo normalmente.
- ¿Existe el duelo crónico?, ¿Cuándo se recomienda apoyo psicológico?
Hay emociones que son "normales o comunes" en el período de duelo, (tristeza, confusión, culpa, trastorno del sueño o de la alimentación, llanto, hiperactividad, falta de energía) pero es la permanencia de las mismas o el aumento de su intensidad que requieren atención y ayuda terapéutica, para que el proceso no complejize y que la persona no arrastre este dolor a lo largo de la vida.
Aceptar la perdida no es olvidar al fallecido, sino que es encontrar un lugar emocional que ayude convivir con su ausencia. Según dice William Woder, en su libro (Paidos, 2004), "el duelo culmina cuando la persona puede pensar en el fallecido sin dolor, si bien siempre hay una sensación de tristeza cuando piensas en alguien que ya no está, es una tristeza diferente. Se puede pensar en el fallecido sin manifestaciones físicas como llanto o sensación de opresión en el pecho".