"China no viene a someternos", dijo especialista académico argentino
En el cierre de la cumbre de la OMC en Buenos Aires no se produjeron acuerdos, pero el país asiático se consolidó como "defensor de la globalización" en contraste a las políticas económicas proteccionistas de Estados Unidos.
Con el cierre de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) esta semana en Buenos Aires, China se consolidó como "el defensor de la globalización en contraste con el Estados Unidos de Donald Trump, con la paradoja de un cambio de roles", dijo el especialista argentino en China Jorge Malena, quien también analizó la cada vez más profunda relación bilateral con Argentina que podría anclarse en el comercio electrónico.
China -sin ser nombrada- recibió críticas del mundo occidental -Unión Europea y Estados Unidos- y de Japón por anomalías como el "severo exceso de capacidad en sectores clave", "las condiciones competitivas injustas" y las intervenciones distorsivas de grandes empresas estatales.
En diálogo con Télam, Malena, director de Estudios sobre China contemporánea de la Universidad del Salvador, analizó que "hubo una acción estadounidense y una reacción china".
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, fue crítico al sostener que "hay cinco de los seis países más ricos del mundo" que dicen ser "naciones en desarrollo" con vía libre en el comercio. "Nunca nombró a China pero todos miraron en esa dirección", dijo Malena.
La queja central, cuenta, es la postura china sobre el libre comercio que "no practica lealmente desde el momento en que subsidia su producción".
Entonces China reacciona y plantea la unión, la defensa de la OMC y se opone al aislamiento. "Se presenta como defensora de la globalización económica y del sistema multilateral de comercio y se profundiza la paradoja del cambio de roles. Lo que Estados Unidos defendió hasta 2015, ahora lo hace China. Antes se adaptaba al mundo, ahora es proactiva y contestataria.", explicó.
Pero, si bien, en cumbres de este tipo marcan sus diferencias ante el mundo, en la bilateralidad, China y Estados Unidos se acomodan. "En el marco de interdependencia económica no hay choques importantes. Quizás en temas políticos no están de acuerdo, pero no caen en conflictos".
Según Malena, politólogo y miembro de la Asociación Mundial de Estudios sobre China, "por su sistema unipartidista y autocrático se piensa que los chinos son dogmáticos, especialmente en política exterior, pero no es así, la cultura política de China es pragmática y no siempre se logra comprender".
La necesidad de expandirse
En mayo de este año los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de Chile, Michelle Bachelet, fueron invitados a la cumbre "Una Franja, una ruta", donde se discutieron los alcances de esta iniciativa china para unir -con infraestructura, inversiones y comercio y energía- tres continentes, retomando el espíritu de la antigua Ruta de la Seda.
"Allí reconocieron su interés de extender la ruta a América Latina. China tiene ante sí una gran oportunidad para expandir su protagonismo, no su ideología, y sin usar medios militares", explicó Malena.
Concretamente, China necesita "expandirse" económicamente al mundo -suministro de insumos- y "encontrar nuevos mercados para colocar su producción" porque no sólo tienen un excedente de capital, sino también productivo.
Esto lo acompañan con "el llamado poder blando -o soft power- vinculado a la necesidad de ser comprendidos en Occidente porque hay poco conocimiento de la China actual".
"Ellos, que dicen que no quieren ser potencia, se acomodan en lo económico y cultural para vincularse con el mundo y como subproducto del poder blando conseguir adhesiones y apoyo, no sólo que los comprendan", analizó Malena en la charla con Télam.
Con Argentina, el motor de la relación "es económico", dijo. "El gran desafío es agregar valor a nuestra producción para que dejemos de exportar materias primas y disminuir el déficit. Hay que exportar más y mejor", agregó el autor de "China, la construcción de un país grande", libro por el que se convirtió en el primer latinoamericano en recibir el premio chino "Special Book Award".
Argentina es, desde 2014, socio estratégico integral, una categoría que brinda el gigante a 35 países; de América Latina la comparte con Venezuela y Brasil, y está por debajo de la asociación más importante sólo otorgada a Rusia y Pakistán.
Defender lo nuestro
Para Malena, China no viene "a reprimarizar, ni es una potencia neocolonial. No viene a someternos, somos nosotros lo que no sabemos defender lo nuestro".
Argentina tiene un déficit comercial que supera los 5.000 millones de dólares y "una de las opciones" para incrementar las exportaciones y salir del déficit es "utilizar la plataforma de comercio electrónico Alibaba creada por el empresario multimillonario Jack Ma", que vino a un foro de la OMC, invitado por Macri.
En China ya no se compra en tiendas, "se compra online" como el pasado 11 de noviembre -el día de los solteros y con muchas ofertas- que marcó "un boom de ventas en Alibaba de productos argentinos como langostinos y vino. Esta es la veta para colocar nuestros productos en China", arriesgó.
En la relación comercial, "la pelota está del lado del productor argentino para agregar valor, incluso asociarse con productores chinos" y en el tema de minería, "China quiere asegurarse los insumos para la industria y a Argentina le corresponden las leyes, que la explotación no afecte al medio ambiente y la distribución de los beneficios".
"Tanto los empresarios como el gobierno tienen que estar preparados para hacerle frente a este gigante", resumió Malena.