Carnicería San José, 50 años de calidad y confianza en Frontera
Carnicería San José, de Hilario Badaloni, se encuentra festejando 50 años de trabajo ininterrumpido ofreciendo productos de primera calidad que le permitieron a lo largo de medio siglo ganarse una clientela que por estos tiempos transita por la tercera generación.
Ubicada en Calle 1 Nº 745, la carnicería se muestra afianzada en el rubro y ya es considerada como parte del patrimonio urbano y comercial de la vecina ciudad de Frontera.
Toda historia tiene un comienzo y la de Carnicería San José se inició en el año 1969. Oriundo de Castelar, hace 50 años Hilario se instaló en un local alquilado en el 790 de la Calle 1 hasta que en 1977 se trasladó unos metros en la misma cuadra, en la ubicación actual con local propio.
A punto de cumplir 72 años el próximo 1 de diciembre, comenzó en el oficio de carnicero hace 60. "Cuando tenía 12 años empecé a trabajar con Nelson Tófori en su carnicería, en Castelar, y desde entonces siempre me dediqué a esto", contó a LA VOZ DE SAN JUSTO con orgullo.
Tras cumplir con el servicio militar obligatorio, su tío Alberto Badaloni lo tentó con la posibilidad de conformar una sociedad y de esa manera abrir una carnicería en Frontera. A partir de allí, lo demás es historia.
Casado hace casi 50 años con Ana María Bossio, juntos tienen tres hijas, Lorena, Mariela y Marianela. Sin dudas Hilario considera a su familia como "el pilar fundamental" sin los cuales "hubiera sido imposible lograr todo esto".
Una vez instalado en Frontera, llegó el tiempo de pensar en seguir con la carnicería pero ya sin la sociedad que lo trajo hasta allí. Pese a que el desafío era muy grande, no lo dudó a partir del sostén de su esposa Ana María. "Siempre tuve el apoyo de ella y eso para mí es fundamental".
Carnicería San José, uno de los establecimientos comerciales referentes de Frontera
El comienzo como mercadito
Si bien siempre se caracterizó por la comercialización de carnes, en sus inicios tuvo que incorporar otros productos que en este caso vendía su esposa Ana María.
"Comencé con un mercadito donde también se vendía carnes. Teníamos almacén y verdulería e inclusive le anexamos regalería", recordó con mucha nostalgia como una manera de señalar que "en los comienzos había que hacerse fuerte y para eso teníamos que vender".
Con el derecho que le da la amplia trayectoria, Hilario comentó con orgullo que "a Frontera la vi crecer durante todos estos años. La ciudad y nosotros crecimos juntos". Hace 34 años que reside de manera permanente en el lugar.
Al hacer un balance no dejó de señalar que se siente "orgulloso" por haber podido concretar el sueño de tener una carnicería y los 50 años de camino recorrido.
"Francamente, no son muchos los carniceros que lograr establecerse durante tanto tiempo. Me siento realmente afortunado y esto lo he podido lograr por el apoyo incondicional de toda mi familia", resaltó emocionado.
Los embutidos que elegía Angeloz
Hilario se reconoce como "un especialista en embutidos" y esa característica lo llevó a vivir interesantes anécdotas que llegaron al ámbito político.
"Cuando se recuperó la democracia muchos políticos venían a mi carnicería para comprar mis salames secos", recordó.
"En una oportunidad me dijeron que el entonces gobernador de Córdoba, Eduardo Angeloz, había comido los chorizos secos de mi carnicería y supe que le gustaron mucho. La gente allegada a él venía a comprar aquí y me decía 'le llevo los chorizos a Eduardo porque le gustan cómo los preparás'", contó Hilario.
Con el paso de los años, dejó de elaborar sus clásicos salames secos aunque suele 'despuntar el vicio' con los chorizos parrilleros.
El cambio en los hábitos de consumo de alimentos llevó a este carnicero a modificar algunas costumbres, entre ellas las de los chorizos secos. "La gente viene buscando algo más light y tenemos que responder a las demandas de la clientela", dijo.
La receta para permanecer
En este momento tan particular de nuestro país "la situación no está para nada fácil pero lo sobrellevamos con el apoyo de toda la familia que nos permite salir adelante", reconoció Hilario.
Cuando comenzó con la carnicería formaba parte de un reducido grupo de establecimientos que compartían la actividad. Actualmente, la necesidad hizo que se sumen más carnicerías y creciera la competencia.
"Antes éramos pocos carniceros en Frontera. Ahora prácticamente cada media cuadra te encontrás con un negocio donde venden carne y eso hace que todos vendamos menos", señaló, aunque nunca le faltaron clientes.
Cuando se le pregunta cuál es el secreto para llevar 50 años de vigencia en el rubro, el hombre asegura que es "mantener la calidad de carne de ternera".
A esto se suma la dedicación en la atención personalizada. "Siempre tratamos de atender a los clientes de la mejor manera. Sabemos que ellos son fundamentales para que un negocio funcione. En estos momentos contamos con tercera generación de clientes que vienen a comprar. Cuando llegamos a Frontera venían sus abuelos, luego sus padres y ahora los estamos atendiendo a ellos con sus familias. Esto nos llena de orgullo".
Al momento de expresar agradecimientos hacia todos aquellos que de una u otra manera contribuyeron a, la trayectoria de Carnicería San José, Hilario no dejó de señalar nuevamente "el apoyo fundamental de mi esposa Ana María y de mis tres hijas con sus respectivas familias. Igualmente tengo un agradecimiento especial por los clientes porque sin ellos nunca hubiera podido llegar hasta acá y también a los proveedores que hicieron su aporte en toda esta historia de la cual me siento muy orgulloso".