“Cacho” Cerminatto, una vida realizando subastas de hacienda
Oscar "Cacho" Cerminatto tiene 82 años y lleva 67 como martillero de hacienda dentro del sector agropecuario. Y lejos de jubilarse, este hombre que se mantiene bastante activo asegura que la pasión por lo que hace no termina.
Oscar "Cacho" Cerminatto (82) maneja el martillo con mucha precisión denotando su experiencia al momento de encontrar el precio justo en una subasta.
Lleva 67 años de tarea como martillero de hacienda dentro del sector agropecuario. Y hoy, lejos de jubilarse, sigue trabajando y asegura que siente pasión por esta profesión que lo acercó al campo y a la producción agropecuaria.
Cerminatto comenzó con esta actividad siendo muy joven. Fue en 1950, en la firma Gilli Hnos., donde aprendió todos los secretos del manejo del martillo. Después inició una importante carrera en distintos comercios de la ciudad y la zona, participando en subastas de animales en la Sociedad Rural, en la Ganadera San Francisco, en Astegiano y Cía. de San Jorge, y además formó la firma Angeli y Cerminatto S.A.
"Mi vocación siempre fue y es el martillo, esta profesión fue la pasión de mi vida. Cuando comencé, las vacas llovían. Había una cantidad impresionante en los remates, ahora el agua y la soja se las llevaron, hay mucho menos", aseguró con nostalgia en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
En su casa, donde el campo también está presente en cada espacio, Cacho recordó emocionado sus comienzos en esta profesión que dice, le dejó una "experiencia importantísima". Cuenta con su matrícula desde los 21 años y es apto para trabajar no solo en Córdoba sino también en Santa Fe.
"Comencé martillando en Colonia Amalia en un remate y liquidación de campos y herramientas, fueron años en que la gente del campo se retiraba, liquidaba todo y se iba a vivir a la ciudad. En enero de 1951, en 31 días hicimos 30 remates. Cuatro ferias en San Francisco los lunes, dos ferias en Freyre cada quince días y 24 remates y liquidaciones de establecimientos rurales", recordó.
Más de seis décadas en el corazón del campo
El entrevistado comentó que en todos estos años las inundaciones afectaron al campo provocando inconvenientes. "Las inundaciones causaron problemas. A fines de los '60 con la firma Angeli y Cerminatto recorrimos la zona a caballo, salíamos entre tres siempre por temor a caer en un pozo bajo el agua; en esa época llegamos a hacer en la Rural de San Francisco un remate de 4.300 cabezas. Comenzamos a primera hora de la tarde con hacienda invernada y llegando la noche quedaban más de 400 cabezas de tambo".
Cerminatto señaló que "al remate venía gente de todos lados porque la zona inundada era la nuestra, en otros lugares del país no había problemas y entonces vendíamos todo".
En su amplia carrera como martillero, Cacho participó en importantes remates que tuvieron amplia convocatoria, no solo de gente de la zona sino también del país y hasta de otras nacionalidades. "Tuve oportunidad de martillar para un remate de las estrellas en Morteros con Gervasio Sáenz Valiente, fue un remate muy importante. Otro también fue el que hice para el haras Los Laureles, de la sucesión Don Florentino Bueno, con 750 yeguarizos, sangre pura de carrera, anglo normando, trote y percherones. Fue todo un éxito, se movilizó todo el país y hasta llegaron de países limítrofes", rememoró sobre aquella jornada de 1975 en la Rural, donde había 2.500 personas.
Añadió que otro remate importante fue el de Williner Ilolay, de 700 vaquillonas en La Taperita en El Trébol: "El remate no se suspendía por lluvia y tuve que instalarme unos días en el campo. En aquellos años había un remate en todos los pueblos, rematé en San Martín de las Escobas, Angélica, Carlos Pellegrini, Suardi, Rafaela y en otras localidades". "Cuando me inicié -agregó- había muchos jóvenes que aspiraban a martilleros de hacienda, pero hoy la situación ha cambiado y muchos eligen ser martilleros judiciales".
Vocación que no cesa
"Este trabajo es mi vocación, ahora sigo en actividad y no dejo de agradecerle a Dios haberme dado la salud para poder llegar. Celebro los 67 años con el martillo y cumplo 82 años; sigo trabajando porque tengo salud", dijo agradecido.
Cerminatto comentó que actualmente "estoy martillando para Cooperativa Agropecuaria Mixta Irigoyen Limitada (Camil), una cooperativa de Irigoyen que tiene cuatro casas de remate feria en Irigoyen, San Carlos Centro, Santa Clara de la Buena Vista y en San Francisco".Por otra parte, Cacho se refirió a nuestra zona: "Tiene muy pocos criaderos y hacienda raza de carne. Los tambos fueron desapareciendo, van quedando los más importantes, entonces es más difícil conseguir hacienda, aunque se sigue rematando todos los meses. Se hacen remates más chicos que son de 400 cabezas, no como antes que eran de 1.500", aseguró.
"Agradezco a todos los que me acompañaron durante estos años y a todos los que me acompañan en este momento", sostiene en el cierre de la nota.
No importan las épocas ni los cambios, Cacho Cerminatto sigue firme con sus años a cuestas pero con la precisión intacta cuando su martillo da el golpe en cada venta.