Brinkmann: “Noqueó” a las drogas y ahora le pelea al hambre de los chicos del barrio
Luis Ortiz, "Cheio" para todos, es boxeador y un adicto recuperado. Su vida difícil lo llevó a querer ayudar a los más desprotegidos. La falta de un lugar físico interrumpió su proyecto solidario de un merendero, pero no cuelga los guantes y se esperanza con reabrirlo y volver a contener a unos 30 chicos.
El brinkmanense Luis Darío Ortiz, más conocido como el "Cheio", transformó su pasión, el boxeo, en herramienta de contención y prevención de las adicciones en niños y jóvenes, con el firme mensaje de no "caer" en este flagelo que en carne propia lo "atrapó" desde los 16 años.
Hoy tiene 33, y desde hace dos, decidió cambiar su vida: buscó ayuda en el Centro Asistencial de las Adicciones que funciona en la ciudad y logró recuperarse.
Allí conoció a Lorena, quien hoy es su esposa y madre de su hijo Yuthiel, de seis meses. Ella es enfermera del centro de salud brinkmanense donde funciona el mencionado espacio de contención.
Como parte de su terapia contra las adicciones el año pasado abrió la escuela de boxeo "Mano Dura" y merendero para los chicos del barrio Argentina 2000. El mismo funcionaba de lunes a viernes en las instalaciones del Club San Jorge, que cedió este espacio, pero las condiciones edilicias no eran las adecuadas para los niños, por lo que tuvo que cerrarlo.
Hoy "Cheio" lucha por un nuevo espacio físico para reabrir el merendero que diariamente congregaba a unos 30 chicos, entre 6 y 12 años.
"Tuvimos que cerrar por falta de espacio"
"Empezamos los primeros días de febrero de 2018 junto a mi padre y su pareja, Todos los días daba clases de boxeo de manera gratuita y después le dábamos la copa de leche y merienda", comentó Ortiz en entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO.
"El club nos cedió el espacio por un año, pero no pudimos seguir porque la ´piecita´ donde funcionaba el merendero no estaba en condiciones óptimas para los niños, que cada vez eran más. Llegamos a tener 30, siendo que muchos salían de la escuela e iban a merendar", comentó.
A pesar de esta situación, la pelea mantenerlo abierto no cesó. "Nos trasladamos a una sede vecinal donde estuvimos funcionando durante un mes más, pero el final fue el mismo".
Apela a la solidaridad de los vecinos
El cierre del merendero trajo aparejado también la desaparición de la escuelita de boxeo, aunque según expresa "Cheio", su prioridad hoy es contar con un espacio físico para volver a brindar la copa de leche.
En este sentido, el brinkmanense apeló a la solidaridad de los vecinos, ya que si bien tiene la promesa del municipio de contar a futuro con un lugar para retomar la escuela de box (en un viejo galpón del ferrocarril que será recuperado), en lo inmediato carece de este espacio.
"Desde el municipio siempre me ayudaron con este proyecto, de hecho se comprometieron este año a contar a sumar la escuela de boxeo al ámbito municipal. Yo entiendo que los tiempos políticos muchas veces no coinciden con la necesidad de los chicos, por eso esperamos que aparezca un alma solidaria en lo inmediato que nos ceda un lugar para reflotar el merendero", dijo Ortiz.
"Teniendo en cuenta que para la escuelita de boxeo necesito un espacio grande, con uno para que puedan ir a merendar me conformo", expresó.
Asimismo, comentó que "todos los días los chicos me preguntan: ´¿cuándo vamos a volver al merendero?´ . Sólo necesitamos el lugar ya que tenemos todo el mobiliario y utensilios, inclusive hasta las tazas personalizadas tienen los chicos".
Además de la merienda, los chicos compartían actividades recreativas en el club
Sumar la cena tres veces por semana
Por otra parte, Ortiz tiene la idea es reabrir en merendero tres veces por semana, siendo que en el barrio ya funciona uno dos días a la semana. "Mi intención es cubrir los tres días que restan, para que los chicos vuelvan a tener su merienda todos los días".
A su vez, y teniendo en cuenta que se trata de uno de los barrios más carenciados de la ciudad, "Cheio" planea sumar un plato de comida "dos o tres noches a la semana".
Según confesó Ortiz crear la escuela de
boexo y el merendero para los chicos fue "un cable a tierra" en el marco de un
proceso de recuperación de las adicciones. "Hace dos años tomé la decisión de salir
de las adicciones, problema que atravesaba desde los 16 años. Hoy tengo 33 y mi
vida cambió rotundamente", comentó el brinkmanense. "Estuve en tratamiento en el Centro
Asistencial que depende de la Red
Asistencial de Adicciones de la provincia de Córdoba (Raac) y hoy formo
parte de su equipo de trabajo por medio del cual me convocan para dar charlas
de prevención e instituciones de la ciudad". En cuanto a la creación de la escuela de
box, Ortiz explicó que "como siempre estuve abocado al boxeo tomé este deporte
como un cable a tierra y a la vez, como una forma de ayuda a quienes más lo
necesitan", sostuvo. Reconoció que "primero fue algo chico y
después se transformó en algo grande, que superó mis expectativas". Sobre los problemas de adicción que dejó
atrás, recordó que superarlo fue duro. "Llegó
un momento en el que toqué fondo y pedí ayuda. Mi vida ya no era vida, hasta
estuve preso por culpa de las drogas". "Así llegué al grupo de contención y el
destino me tenía preparado una sorpresa: conocí a Lorena, en ese momento, la
enfermera del centro de salud donde funciona el Raac y hoy mi esposa y madre de
mi primer hijo". Luis destacó el apoyo de la sociedad en
su recuperación e inclusión. "Nunca me sentí discriminado o excluido, por el
contrario, la gente de Brinkmann me ayudó mucho; inclusive desde el municipio donde me dieron trabajo. Hoy me
siento pleno y feliz, en estos dos años mi vida cambió por completo", finalizó
Ortiz. Con el objetivo de colaborar con el
merendero, este sábado 22 de junio la ciudad de Brinkmann tendrá su
primera edición de la denominada "Fiesta Real". Será desde las 21 en
el Club San Jorge, pero habrá actividades durante todo el día para las más de
60 soberanas electas de diferentes fiestas provinciales y nacionales que
arribarán a esta ciudad del departamento San Justo. El evento es organizado por las ex reina
brinkmanense Pamela Cabrera y la licenciada en Nutrición Melisa Barbonaglia,
con el apoyo del municipio y la Agencia Córdoba Cultura. El valor de la entrada es de $100, a
beneficio del mencionado merendero. "Todo lo recaudado, será íntegramente
para los chicos del merendero. Incluso las soberanas que llegarán a Brinkmann,
están haciendo campañas de recolección de alimentos y leche para traer como
donaciones" especificaron las organizadoras del evento. Las actividades comenzarán luego del
mediodía y culminarán por la noche con la coronación de la "Embajadora
Real" y los shows centrales de The Wincos, Andrés Clerc y Grupo Kawen.Un "cable a tierra" para salir de las adicciones
Fiesta
Real con
fines solidarios