Anteojos para niños: la importancia de la buena elección para un hábito saludable
El uso de anteojos en los chicos es más frecuente de lo que se cree. La elección del armazón y el aprendizaje de hábitos de uso y cuidado es fundamental.
Muchos son los chicos que tienen que usar anteojos recetados. Hoy, el mundo de la óptica y la salud visual ofrece una amplia variedad en armazones prácticamente irrompibles, que se adaptan a su vida aventurera.
Enseñar el hábito del uso y el cuidado es una tarea fundamental para los padres de chicos con anteojos. Tener una deficiencia visual afecta el rendimiento escolar y aprendizaje de los niños, de allí de su importancia.
Según la óptica contactóloga Ledi Sarmiento (M.P 1078), de Óptica del Sol, de calle Iturraspe esquina Moreno en nuestra ciudad, "el uso de anteojos en niños es más común de lo que uno piensa, pero se debe hacer de manera responsable, con un trabajo profesional sobre las lentes y con el apoyo de los adultos a cargo".
Armazón seguro y resistente
A la hora de elegir el armazón para el anteojo del menor, es importante que éste se adapte a la anatomía del rostro del niño, ya que "no debe ser demasiado grande para asegurarse de que las lentes se puedan centrar correctamente", explicó Sarmiento.
Para seguridad y protección, la profesional aconsejó "aquellos que tienen la resistencia del policarbonato".
Las partes de los armazones "suelen ser de goma, silicona o plástico. Los puentes nasales blandos y ajustables si son de silicona, mejor, y las varillas flexibles y ajustables son las mejores opciones", describió.
"A los anteojos infantiles no les puede faltar cristales de calidad con dureza, protección antirrayas y protección UV adecuados. Se recomienda un antirreflejante para niños en edad escolar ya que las luces del aula pueden interferir en la visión y distraer su atención".
Decirle sí al anteojo
Para que un niño logre usar sus anteojos y disfrute de los mismos, es importante que sea parte de la elección del armazón, no solo para que le calce correctamente sino para que le guste y no lo descarte luego.
"La adaptación suele ser rápida porque al tener la corrección adecuada logra ver mejor y eso estimula el uso, el cual debe ser constante para evitar futuros problemas asociados a la visión", expresó Sarmiento.
"Al principio, puede costar un poco más la adaptación social pero cada vez son más los chicos que los usan. En general, una vez que el niño ve bien, se siente seguro y podrá integrarse a todo tipo de actividades y no tendrá problemas", afirmó Sarmiento.
Por último, pero no menos importante, es la adaptación al cuidado de los anteojos. "Tanto los profesionales como los padres tienen la responsabilidad de acompañar al niño en la adaptación. Que cuide sus anteojos es parte del proceso, tanto del cuidado de manipulación como la limpieza de las lentes", concluyó la entrevistada.