Aneley es Centro de Día: "un regalo del cielo" para Silvio
La familia Frandino consiguió que el centro de día que llevan adelante, y que acompaña y estimula a 20 jóvenes y adultos con discapacidad fuera habilitado por el Ministerio de Salud provincial.
Por Vanina Panero / LVSJ
LAS VARILLAS.- En Las Varillas, la familia Frandino sobrelleva el duelo de la pérdida más dolorosa luchando para que otros chicos con capacidades diferentes, como su hijo Agustín- que tenía un trastorno conductual severo y conducta autista- tengan un espacio de contención social, el cual se materializó en la Fundación Aneley.
Se trata de un centro de día donde hoy cerca de 20 jóvenes y adultos mayores con discapacidad realizan distintas actividades y talleres, contenidos por un equipo terapeútico. El mismo lleva el nombre de Agustín Frandino, que falleció en noviembre de 2016, a sus 22 años, producto de una bacteria alojada en su pulmón que complicó su estado de salud.
La lucha que comenzó aún con Agustín en vida, logró hace días uno de los principales sueños de la familia Frandino: la habilitación por parte del Ministerio de Salud como Centro de Día, que les permitirá trabajar con obras sociales, encaminándose hacia un sueño mayor que es contar a futuro con un Hogar de Día.
"Lo tomamos como un legado de Agustín, un regalo del cielo que llega en la semana previa al Día del Padre", manifestó Silvio Frandino en declaraciones a LA VOZ DE SAN JUSTO.
El papá de Agustín aseguró que "en fechas importantes siempre aparece una señal que nos anima a seguir adelante. Creo son todas bendiciones que tenemos que aprender a ver y nos alientan a continuar la lucha".
Para Aneley, este paso es fundamental siendo que "con esta habilitación del Ministerio de Salud podemos categorizar y comenzar a trabajar con obras sociales", trámite que estiman demandará alrededor de un año y medio.
"Tenemos el permiso del Centro de Día pero nuestro sueño es convertirlo en hogar para que los chicos con discapacidad se queden a vivir en Las Varillas y hacia eso vamos. Estamos bien encaminados", sostuvo.
Contar con la habilitación de Salud como Centro de Día, un sueño cumplido
"Nunca dejamos de celebrar la vida"
En vísperas a una celebración que le genera sentimientos encontrados- como es el Día del Padre- Silvio expresó que "pese al dolor que nos genera la pérdida de un hijo, como familia nunca dejamos de celebrar la vida".
"Agustín vino a este mundo para enseñarnos muchas cosas. Tal es así que estamos aprendiendo a vivir de otra manera", remarcó.
"Yo siempre digo que voy a vivir dos vidas, una antes y otra después de Agustín. Uno aprende a ver la vida desde otro punto de vista, lo espiritual y el pasar buenos momentos tiene más valor que lo material o lo económico, empezamos a valorar más el estar bien, a preocuparnos por las cosas que realmente tienen un sentido diferente a lo económico", reflexionó.
Como papá transita con mucho dolor la pérdida de su hijo, pero asegura que trabajar en beneficio de otros "es parte del duelo". Resignificar el dolor y convertirlo en amor a otros es una característica que lo define a él y su familia.
"Algo había que hacer con todo ese dolor. Mi esposa Lucía fue el motor de todo esto y desde el momento cero no dudé en seguirla y apoyarla. Fue una bonita forma que Dios nos presentó para atravesar este momento", manifestó.
"A veces no tomamos dimensión del bien que le hacemos a otras personas pero sobre todo el bien que nos hacemos a nosotros mismos", reconoció Frandino.
Para Silvio, el camino no es fácil, está lleno de trabas y limitaciones, pero para él y su familia no cabe la posibilidad de dejar la lucha. "Me pongo en el lugar de otros padres y es imposible abandonar esto; es el motivo para seguir adelante con este hermoso sueño".
"Todas las noches le pido a Dios me dé la fortaleza y la sabiduría para seguir creciendo, y ver que el camino que hemos tomado es muy importante y que el día que no estemos más en esta tierra esto siga avanzando por futuro de los chicos", puntualizó.
La inclusión,
"una materia pendiente"
"Muchas veces te dicen que la discapacidad es una bendición, pero se sufre mucho. Escuchamos hablar de inclusión pero en la práctica estos chicos siguen siendo relegados", reflexionó Silvio.
"Tenemos la posibilidad de tratar de que otra gente sufra lo menos posible y en esa lucha estamos. Cambiarles la calidad de vida a ellos y a toda la familia es fundamental.", rescató el papá de Agustín.
Al respecto aseguró que "si bien desde lo social se ha avanzado, la inclusión es una materia pendiente sobre todo desde los niveles más altos, con políticas de Estado que no llegan o que los tiempos son muy lentos".
"Creo que cuando los políticos entiendan que la discapacidad no se elige y que no ayudan a una sola persona sino a toda la familia, las cosas serán diferentes", concluyó.