Alivio para deudores hipotecarios
Fue noticia hace pocos días la decisión del gobierno de compensar a los deudores de créditos hipotecarios en UVA. La creación de un fideicomiso para subsidiar las tasas de los préstamos y el establecimiento de topes son la respuesta a un problema que fue creciendo con el correr de los meses. Es de esperar que constituya un verdadero bálsamo para las familias que hoy sufren la incertidumbre de no saber cómo podrán abonar las cuotas de su préstamo hipotecario.
Fue noticia hace pocos días la decisión del gobierno de compensar a los deudores de créditos hipotecarios en
UVA que entre octubre 2018 y diciembre 2019 hayan tenido aumentos en sus cuotas
por encima de un 10% de lo que hubiera resultado actualizarla por el índice de
salarios (CVS) por el plazo de 15 meses.
El incremento de las cuotas de los créditos UVA, una de las iniciativas que había generado mayor expectativa en el inicio de la gestión del actual gobierno, generó que muchas familias no pudieran hacer frente al endeudamiento que habían asumido con el sueño de alcanzar la casa propia.
Si bien la noticia tiene demasiados detalles técnicos que deberán ser explicados por los responsables del gobierno y las entidades financieras a los sufridos tomadores de estos créditos, bienvenida sea la medida si aplaca en parte la angustia generada a partir de la imposibilidad de pagar las cuotas debido al sistema de indexación y a la inflación incontenible hasta ahora.
Sin embargo, hace más de un año que muchas familias se sienten ahogadas por lo que se ha generado con estos préstamos. Es decir, ha pasado mucho tiempo antes de que se pensase en aliviar la carga. Y se lo hace precisamente en el comienzo de la etapa electoral por lo que no pueden evitarse algunas suspicacias.
Vale recordar que el mercado inmobiliario se había reactivado de manera notable en 2017 con la aparición de estos créditos que venían a subsanar uno de los problemas más acuciantes que padeció la clase media argentina desde hace décadas: la imposibilidad de acceder a financiación para obtener la vivienda propia. Decenas de miles de familias habían podido comprar o construir su primera casa. La construcción crecía de manera importante, al igual que el entusiasmo.
Pero la crisis financiera que algunos funcionarios no vieron venir y las turbulencias económicas y cambiarias determinaron que el modo de ajuste del interés de los préstamos hipotecarios se transformase en una carga pesada para los bolsillos de los deudores. Así, aquel fervor inicial se trastocó en un sufrimiento permanente ante las dificultades para abonar el crédito. Y la felicidad por haber alcanzado la casa propia se convirtió en zozobra. Los fantasmas del pasado, cuando ocurrieron situaciones similares, volvieron a cobrar vida.
La creación de un fideicomiso para subsidiar las tasas de los préstamos y el establecimiento de topes son morosa respuesta a un problema que fue creciendo con el correr de los meses. Es de esperar que constituya un verdadero bálsamo para las familias que hoy sufren la incertidumbre de no saber cómo podrán abonar las cuotas de su préstamo hipotecario.