“A mí me gusta escribir y lo seguiría haciendo en cualquier circunstancia”
Entrevista al escritor Luciano Lamberti.
Por Juamps Lídiam
Tras haber publicado el pasado año 'La maestra rural', novela que recibió favorables críticas, el escritor sanfrancisqueño Luciano Lamberti afianza su nombre entre los principales exponentes del campo literario nacional. Si bien lo enorgullece el número de ventas de su último libro de ficción, afirma sin vacilar que, ante todo, escribir es lo más significativo.
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Lamberti, quien abordó distintos temas y adelantó que se encuentra trabajando en un nuevo libro de cuentos que se llamará 'La casa de los eucaliptos'. El mismo podría salir a la luz en el mes de agosto.
-'La maestra rural' ha despertado buenas críticas y ha tenido un buen volumen de ventas, ¿cuáles son tus sensaciones al respecto? ¿Este tipo de respuestas te hacen sentir más arraigado a la profesión?
Ha tenido buen volumen de ventas en relación a mis libros anteriores, publicados en editoriales más chicas. Obviamente que me alegra que un libro mío se pueda leer en cualquier parte y tenga, en general, buena crítica, pero a mí me gusta escribir y lo seguiría haciendo en cualquier circunstancia.
-A su vez, ¿se genera algún tipo de condicionamiento en relación a una próxima obra?
Para nada. Nadie espera nada de mí, y eso me deja muy tranquilo.
Sobre su obra
A los poemarios Sueños de siesta (2006) y San Francisco (2009), prosiguieron los libros de relatos El asesino de chanchos (2010) y El loro que podía adivinar el futuro (2012), y la llegada de la mentada novela, primera en su obra, 'La maestra rural' -cuya trama bordea lo real y lo fantástico- deja entrever que Lamberti al momento de escribir no se limita por géneros literarios. Su amplitud se manifiesta también con el libro 'Cómo escribir, consejos sobre escritura' (2017).
Escribiste el libro 'Cómo escribir, consejos sobre escritura', según tu experiencia ¿qué se puede enseñar y qué no en la escritura literaria?
Se puede enseñar hasta un punto. Un porcentaje, digamos. Todos los escritores en algún momento de su vida se ven en la necesidad de revelar sus métodos, sus preocupaciones, su trayectoria frente a la escritura. Pero son métodos, preocupaciones y trayectorias personales, por lo que siempre hay que tomarlos con pinzas. El taller sirve, hace casi trece años que dicto esas clases y puedo dar fe, y de cualquier forma todos los escritores hacen taller, si no formal, con profesor, sí informal, con amigos o con la pareja o con quien sea que lee sus libros antes de ser publicados.
-En una reciente nota afirmas que hoy "nadie muere ni mata para un libro", ¿esta relación de producción y consumo en el 'Realismo' le quita profundidad como movimiento literario?
Eso lo escribí en relación a Walsh y su idea de la literatura militante. Hoy los libros se han vuelto mucho más inofensivos, la literatura no ocupa ya un lugar central en los debates y se puede decir prácticamente cualquier cosa. Claro que hay excepciones: los escritores como Rushdie o Houellebecq, por ejemplo, que se metieron con el mundo islámico y no la pasan muy bien.
-¿Qué libro/s estás leyendo actualmente y cuál ha sido el último que te dejó una sensación de deslumbre?
Estoy leyendo cuentos de Grace Paley. Lo que me deslumbró el año pasado fue Stoner de Jhon Williams y Sueños de trenes de Denis Jhonson.
-¿Estás trabajando en una nueva obra?
Estoy corrigiendo un libro de cuentos que se llama La casa de los eucaliptus y probablemente salga en agosto.