Sueños hechos de papel de diario
Cynthia Videla es una madre de familia que ante la adversidad encontró en la cestería con falso mimbre primero una vía de sanación y luego un ingreso económico. La historia de una luchadora que sueña con tener su propio negocio.
Por Leonela Zapata (*)
El trozo de papel obedece amablemente los movimientos que le indican las manos de Cynthia. Luego se enrolla en una varilla de metal. Con apenas una gota de pegamento y una rápida maniobra deja de ser una tira frágil y flexible para transformarse en una pieza firme que pronto formará parte de una artesanía.
Algo parecido le pasó a ella. En los momentos más vulnerables de su vida forjó su temple y hoy es el sostén de una familia que -como muchas otras- busca soportar los embates de la pandemia y salir adelante.
Así como ese pedacito de papel se convirtió en parte algo más grande, ella sueña que esta actividad que encontró de casualidad y adoptó primero como terapia, termine siendo un negocio que le dé estabilidad a los suyos.
Cynthia tiene 33 años y ha vivido mucho más de lo que la mayoría de la gente de su edad ha atravesado. Soportó el momento más doloroso que una madre pueda afrontar cuando perdió a su hija recién nacida y se sumió en una profunda depresión, pero ante la necesidad supo levantarse y hoy la está peleando.
Conoció la técnica del falso mimbre, que consiste en reciclar papel de diario en materia prima para confeccionar un sinfín de objetos, cuando trabajaba en la verdulería de un tío en Córdoba. Allí se habían mudado tras el fallecimiento de su hija de días y recuerda que un día ojeando diarios y revistas que se usaban para envolver huevos encontró un artículo sobre el tema.
"Cuando no había gente en la verdulería, me ponía a practicar y a hacer varillas. Al mes me enteré que estaba el programa de Utilísima de Silvina Buteque. Empecé a seguir sus videos, a verla por la tele, todos los días hacía algo nuevo entonces yo me ponía frente a la tele y hacía lo mismo. En ese tiempo solamente lo hacía para regalar, se las daba a mi mamá, a mis tías", recuerda.
Luego de varios años en la capital provincial, la familia decidió volver. "En el 2015 regresé a San Francisco. Mi marido se quedó sin trabajo y entonces una vecina que tenía el negocio acá a la vuelta me dice que le prepare un arbolito, ya era Navidad. Se lo mostró a las amigas, a la gente que iba al quiosco y me empezaron a pedir más", comenta Cynthia.
Las posibilidades empezaron a crecer: "Mi amiga me preguntó qué más podía hacer. Le mostré fotos de internet de la infinidad de posibilidades que hay. Me fue encargando, los trabajos se exhibían ahí. Llegaban las fiestas como el Día del Padre, de la Madre y así empezó mi trabajo. Hoy en día vivo de esto, mi marido se quedó sin trabajo nuevamente".
Recientemente, para el Día del Niño confeccionó cajitas con golosinas y vendió muchas. Hoy la principal dificultad la representa conseguir el papel de diario. Por ello a través de las redes pide colaboración de papel, además de barniz y látex blanco.
En medio de todo esto, el coronavirus...
- ¿Cómo los afectó la pandemia?
Nosotros estábamos viviendo una situación económica bastante buena. Mi marido estaba trabajando en las casitas de La Milka, (las 400 viviendas del Plan Procrear) y estaba ganando bien. A los dos días que empezó la cuarentena los despidieron a todos. Estuvimos como dos semanas o tres sin un peso porque justo le tocaba cobrar la quincena esa semana del despido. No se la pagaron, salió todo esto en el diario cuando hicieron la denuncia algunos de los chicos hasta que les pagaron el fondo de cese. Estuvimos mal. Le conté mi situación a la dueña de una verdulería del inter, me dijo que me compraba mis trabajos a cambio de mercadería y las puso a la venta en su local.
- Pasó a ser su principal fuente de ingresos...
Sí, por eso decidí dedicarle más tiempo, antes no le dedicaba mucho por los chicos, por la escuela. Empecé a vender cada vez más, tengo trabajos en otro negocio acá cerca de casa y en el de artículos de limpieza de mi vecina, a la que le hago portasahumerios, porta papel higiénico, etc.
- ¿Cómo fue pasar de hacerlo como terapia para sanar a un medio de subsistencia?
Por la necesidad. A veces no sabés si hoy tenés para comer, para cocinar. Así que decidís ponerte a hacer manualidades también para salir un rato de los problemas. Hay cosas que no hice porque no tengo los materiales para realizarlos. Hay cosas hermosas que se hacen con ésta técnica. Pero si yo no vendo no puedo invertir así que estoy tratando de trabajar en las cosas que me piden. Muestro fotos de gente de otros países, tengo un grupo de WhatsApp que entre todas vamos mostrando lo que hacemos, entonces nos prestamos las fotos para que los clientes vean a modo de muestra.
Con mucha paciencia, Cyntia transforma la tira de papel de diario en rígidas varas para trenzar.
- ¿Qué oficio realizaba tu marido antes de que se quedara sin trabajo?
Mi marido es plomero matriculado, se matriculó en las clases que dio la municipalidad de San Francisco. También es gasista sólo que no terminó de hacerse la matrícula porque le piden el monotributo y no llegábamos con el dinero, cuando lo despidieron era imposible pagar.
- ¿Cómo te organizas con los chicos y las clases virtuales?
Cuando ellos iban al colegio lo hacían por la mañana, ahora duermen hasta las 11 más o menos. Ahora dejo todo limpio a la noche y a la mañana es mi hora de trabajo hasta las 10, 11 que ellos se levantan. Ya les preparo el desayuno. A veces a la siesta si te dejan también me pongo con las artesanías. Uno de los chicos, Pedro, va a primer grado y se me complica enseñarle a leer y escribir, hago lo que puedo.
- ¿Cuál es tu sueño?
Sueño con tener un negocio de regalería. Hacer centros de mesas, souvenirs, ir incorporando diferentes técnicas con otros materiales como vidrio, goma eva, porcelana. El año pasado hice jaulas para decorar una fiesta de 15, me encantó esa experiencia.