Necesaria verificación técnica vehicular
Entonces, estamos frente a un panorama doblemente complejo. Por un lado, la histórica conducta de los propietarios que solo urgidos llevan sus vehículos a la revisión. Y, por el otro, las restricciones de circulación y económicas que son determinantes en este tiempo de la disminución de las tareas de inspección técnica obligatoria. Quizás sea un fenómeno pasajero, pero no por ello deja de resultar preocupante.
Un informe de publicación reciente en estas páginas afirma que durante la pandemia, con la imposibilidad de circular en rutas fuera del departamento San Justo, se registró una notoria disminución en el número de revisiones técnicas realizadas en vehículos particulares en la planta ubicada en el Parque Industrial Piloto de nuestra ciudad. A esto debe sumarse que por la inactividad del transporte interurbano de pasajeros, estas unidades tampoco realizan la revisión correspondiente. De acuerdo a lo difundido, la caída en las inspecciones de automotores llegaría al 50%.
Encargados de la firma que tiene la responsabilidad de llevar adelante las inspecciones en la ciudad señalaron que la cantidad de vehículos que acuden diariamente al taller verificador bajó bastante. "Ya no tenemos la misma concurrencia de vehículos de uso particular y aquellos que vienen es porque necesitan hacerlo y en muchos casos vemos que muchos tienen vencida la inspección desde hace mucho tiempo". Además, en cuanto al transporte de pasajeros se explicó que las revisiones de esas unidades "están todas vencidas porque en este tiempo no han venido a renovarlas".
En verdad, la situación sanitaria ha determinado una brusca disminución de la circulación por las rutas de la provincia y el país. Asimismo, la pandemia ha determinado la parálisis de ciertos servicios, en especial los de transporte, con lo que las unidades están hace meses sin uso. Y, por otra parte, existe la tendencia a no llevar el control de cuándo debe hacerse o renovarse la ITV por parte de los conductores. Al respecto, esta conducta es mayoritaria y muchos propietarios de vehículos solo se acercan al taller del Parque Industrial cuando necesitan hacer un viaje, algo que -por el momento- no es posible.
Entonces, estamos frente a un panorama doblemente complejo. Por un lado, la histórica conducta de los propietarios que solo urgidos llevan sus vehículos a la revisión. Y, por el otro, las restricciones de circulación y económicas que son determinantes en este tiempo de la disminución de las tareas de inspección técnica obligatoria. Quizás sea un fenómeno pasajero, pero no por ello deja de resultar preocupante.
Porque la revisión técnica vehicular, más allá de las interpretaciones que sobre su instrumentación se pueden hacer, significó un avance notable en la conformación de una política de tránsito seria y coherente, cuyo objetivo prioritario fuese disminuir los riesgos en las rutas y calles, especialmente los derivados del mal estado de los vehículos. Es una política de regulación efectiva que promueve la seguridad vial, la protección de las personas y el medio ambiente. Al mismo tiempo, sirve para que los conductores consoliden una idea que ha venido prendiendo en los últimos años: la importancia del cuidado del vehículo para prevenir desgracias que ocasionan pérdidas muy gravosas en términos humanos y económicos.
Las estadísticas de los últimos meses determinan que la ITV se ha reducido notoriamente. El alerta debe encenderse. Atendiendo a la real situación de muchos propietarios de vehículos que hoy no están en condiciones de afrontar gastos por imperio de la parálisis de su actividad, debe insistirse no obstante en que realizar la inspección técnica vehicular es una medida de protección y seguridad imprescindible.