En el ojo puesto en el pasado
El artesano y óptico técnico Daniel Sánchez, creó en su casa un verdadero museo de antigüedades donde se destacan las cámaras fotográficas, máquinas de escribir y objetos personales.
Cada casa, es un mundo. Pero la del artesano Daniel Sánchez es un verdadero museo. Para llegar hay que atravesar el patio y nos encontramos con dos habitaciones, que dejaron de ser el quincho para convertirse en verdaderos espacios llenos de historia.
A sus 63 años, Daniel Sánchez comenzó un nuevo hobby que se relaciona con lo afectivo: coleccionar piezas del pasado creando un espacio de antigüedades digna de apreciar.
Daniel atesora cámaras fotográficas de todos los tiempos; relojes y piezas variadas. "Pero eso no es todo, pasen por acá", invitó el artesano. En otra habitación, donde vivió su mamá hasta su fallecimiento, Daniel conserva una mesa especial con tesoros de sus padres pero también objetos relacionados a la Guerra de Malvinas.
Las cámaras fotográficas, la gran pasión del coleccionista (Fotos: Manuel Ruiz)
También
hay utensilios de cocina del pasado, radios de añares hasta calentadores
extraños. "Todo está organizado para que
se pueda apreciar", expresó el entrevistado.
Todas las piezas sin duda fueron elegidas con la mirada de artesano. "Cada cosa me cuenta algo, tiene una historia", afirmó.
Con buen ojo
El viejo cartel de Óptica Franco, su otro lugar en el mundo
Entre los tesoros, Daniel conserva elementos propios de su profesión, la oftalmología. Entre los más apreciados está el viejo cartel luminoso de Óptica Franco, el otro lugar que le da felicidad en este mundo además del museo.
Allí, Daniel comenzó a dar sus primeros pasos en su profesión, primero como cadete y siempre bajo las órdenes de don Mario Franco.
Daniel conserva lo más valioso del pasado de este comercio tradicional del centro de nuestra ciudad: el nombre del negocio. "A don Mario le prometí que nunca iba a cambiarlo y así sucedió", expresó el coleccionista.
Daniel compró la óptica hace 35 años, pero la carrera de óptico contactólogo llegó más tarde y egresó a los 42 años, habiendo rendido de manera libre las 26 materias. "Fue un gran esfuerzo de mi parte y sin mi familia no hubiera podido hacerlo".
Un verdadero apasionados de las radios antiguas
"La óptica es un lugar con muchos recuerdos. Me siento cada día y me acuerdo de las cosas que viví ahí".
La pasión por las cámaras fotográficas se relaciona directamente con su profesión. El poder capturar una imagen, la continuidad del ojo; las cámaras son su pasión. "Las cámaras tienen mucho que ver con mi trabajo, de hecho, semejanzas en el funcionamiento del ojo humano y el de una cámara de fotos, aunque nada será tan preciso como el ojo".
"Conservo mi primera cámara fotográfica, la que me compré a mis 18 años cuando cobré mi primer sueldo y la pagué en tres cuotas. Mi papá me dijo, `Compresela, chiquito´ y así fue. Aún recuerdo el momento".
Para ser artesano, óptico y coleccionista, cada actividad que realiza "lo hago con pasión pero siempre con la tranquilidad de ser buena gente", concluyó.