El síndrome de la cabaña: el fenómeno que llegó con el covid -19
El encierro trajo consigo un nuevo trastorno emocional que se traduce en ansiedad, miedo y hasta desgano de salir al exterior. La importancia del cuidado y las salidas graduales para dejar atrás esta nueva normalidad.
Desde el sábado y solo por los fines de semana, los sanfrancisqueños tenemos permitido salir de nuestras casas para caminar por una hora y solo a 500 metros del hogar. Esta nueva forma de disfrutar del exterior, está condicionada por el coronavirus que nos obligó al confinamiento y al encierro.
Adultos mayores y niños son la población que a 60 días de decretada la cuarentena obligatoria en el país, volverá a caminar por las veredas de su cuadra.
A pesar de esta nueva libertad, haber estado tanto tiempo encerrados puede provocar en algunos cierto temor de salir al exterior y esto se conoce como el síndrome de la cabaña, una enfermedad aún no considerada por la Organización Mundial de la Salud pero que el covid-19 trajo consigo a nuestra vida.
Según la licenciada y profesora en Psicología María Victoria Mazzola (M.P.: 2.743, en estos casos la cabaña representa un lugar seguro, aunque puede ser asfixiante. Es entonces cuando surge el síndrome, un fenómeno que está relacionado con el miedo a salir a la calle tras un largo período en el que no se ha tenido contacto con el exterior. Se puede evidenciar en personas que han estado hospitalizadas por largo tiempo, o encarceladas, o en la situación de confinamiento actual".
"Es importante aclarar que este síndrome no es un trastorno psicológico, ya que esta situación nos está afectando a nuestro día a día", comentó la psicóloga.
Entre la ansiedad, la depresión y el desgano
Sobre
cómo se manifiesta este nuevo síndrome, Mazzola argumentó que "se expresa con síntomas
relacionados con la ansiedad y depresión, sin ser este un cuadro clínico, sino
que lo que se manifiesta está relacionado con este tipo de problemáticas como
sentimientos de tristeza, miedo a salir a la calle, frustración, angustia,
trastornos del sueño, letargo es decir cansancio o dificultad para levantarnos
por las mañanas, nerviosismo, etc".
Pero a estas sensaciones, se suma las cuestiones del exterior, entre ellas, la poca motivación a realizar actividades fuera de casa. "Puede aparecer dificultades en la concentración y fallos de memoria así como temor a retornar rutinas que realizábamos antes del confinamiento".
Los más vulnerables a este nuevo síndrome son las personas mayores y los niños, pero también aquellas con tendencias hipocondríacas.
Consejos
Para lidiar con esta situación, la profesional recomendó "aprender a sostener nuestro propio autocuidado, ya que todos estamos vivenciando, en menor o mayor medida los efectos del confinamiento por la pandemia de Covid-19".
"Ante esta situación, es importante crear lazos dentro de una misma comunidad, ya que es tranquilizador", manifestó la psicóloga, quien aportó los siguientes consejos:
- Tener en cuenta y respetar nuestro propio tiempo en este proceso de cambios. Sentir miedo es una emoción normal acorde a lo que estamos viviendo y cada persona tiene su propio ritmo de adaptación.
- Ante el temor de salir a la calle es importante hacerlo de manera gradual, aprovechando los horarios que permite el municipio, así como salir a hacer los mandados y poco a poco ir aumentando el tiempo.
- Compartir con tus seres queridos cercanos, acerca de cómo te sientes.
- No intentar controlar aquello que no podemos. En esta situación pocas cosas dependen de nosotros y si intentamos controlarlo, nos generará frustración y malestar. Tomar en cuenta las medidas de higiene y seguridad es algo que podemos controlar.
- Observar los tipos de pensamientos que nos invaden, tratando de mantenernos y cotejarlos con la realidad. Es importante no realizar juicios de valor catastróficos, por lo cual ayudaría poder informarnos en los medios sin entrar en un ritual diario de sobreinformación que alimente nuestras peores fantasías y temores.
- Establecer una rutina con objetivos realistas retomando nuestra nueva cotidianeidad de manera gradual.
- En caso que los síntomas perduren un largo período de tiempo, afectándonos o paralizándonos es importante que consultar con un profesional de la salud.
"Sentir miedo es normal, es una de las emociones básicas del ser humano, está al servicio de avisarnos de los posibles peligros que puede haber a nuestro alrededor. Lo importarte es gestionarlo, prestarle atención, sin dejar que esta emoción nos paralice", concluyó Mazzola.