Cómo ven a los sanfrancisqueños los extranjeros que estudian en la ciudad
Coinciden en que somos cálidos y destacan los espacios verdes y las distancias cortas.
Tres jóvenes estudiantes extranjeros arribaron a nuestra ciudad para continuar su trayecto escolar de nivel medio. Dos de ellos provienen de Brasil y otro, de Finlandia, dos países muy distintos entre sí y a la vez, con costumbres, lengua y otros aspectos diferentes a la Argentina.
Por ello, su estadía en San Francisco implica todo un desafío y aprendizaje mutuo.
¿Cuál es la imagen de la ciudad y de los sanfrancisqueños, entre los extranjeros que hoy viven aquí?
Si bien la integración demanda a diario superar barreras como el idioma o la comida, ya se sienten un poquito "hijos" de esta ciudad que los recibió con los brazos abiertos.
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Joona Veromaa, un finlandés de 17 años, y con los hermanos brasileños Gabriel y Gustavo Souza Borges, brasileros de 15 y 13 años, respectivamente.
"Lo que más me gustó de esta ciudad son sus plazas", afirmó el oriundo del país europeo, que lleva menos de un mes en San Francisco. "Me gustaron mucho el mate y el asado. El mate lo tomo amargo y el asado, es muy rico. También me gustan mucho las pastas, las milanesas y las empanadas", agregó sobre nuestras delicias gastronómicas.
Por su parte, los hermanos de Brasil destacaron la calidez con la que los sanfrancisqueños los recibieron y reconocieron que adaptarse, "al principio fue difícil".
"Nos fuimos acostumbrando a las comidas, que son muy diferentes a las de nuestro país, pero ahora ya comemos mucha milanesa y carne", contaron los Souza.
Los tres extranjeros coincidieron en destacar la tranquilidad de San Francisco y la cercanía a la hora de movilizarse.
"Me gustan mucho las plazas de la ciudad"
Nacido en Porvoo, la segunda ciudad más antigua de Finlandia, Joona llegó a nuestra ciudad el 20 de agosto pasado, en el marco de un intercambio educativo. Asiste a quinto año del Instituto Fasta Inmaculada Concepción. Habla finés, sueco, inglés y de a poco comienza a manejar el español.
"Me gustan mucho las plazas de la ciudad", reitera a lo largo de la entrevista con este diario. La charla tiene una particularidad, como Joona aún no domina del todo nuestro idioma -asegura que habla "espanglish", una fusión morfosintáctica y semántica del español con el inglés británico-, la tecnología juega su papel y el traductor de Google ayuda a la comprensión.
Y su admiración por nuestras plazas radica en que las plantas, el verde y la naturaleza constituyen un paisaje que escasea en Finlandia, donde el cemento y la infraestructura vial de avanzada gana el espacio público.
"Aquí las personas son muy simpáticas. Mis compañeros me recibieron muy bien, al igual que los docentes de la escuela Fasta. La familia Martino, quien me alberga en su propia casa, me trata realmente muy bien", agregó.
Consultado acerca de cómo se adaptó a las costumbres argentas, Joona indicó: "La comida de aquí es muy rica. Me gustaron mucho el mate y el asado. El mate lo tomo amargo y el asado, en verdad, es muy rico. También me gustaron mucho las pastas, las milanesas y las empanadas, en general me gustan estas comidas a excepción del pescado".
Por último se mostró muy contento por la realización de un viaje educativo, el 29 de septiembre, junto a sus nuevos compañeros de colegio, por la Patagonia.
El estudiante finlandés Joona Veromaa cursa quinto año en el Instituto Fasta
De Belo Horizonte a San Francisco
Los hermanos Gabriel y Gustavo Souza Borges, llegaron a nuestra ciudad el 12 de febrero de este año, junto a su familia, acompañando a su padre que tuvo que trasladarse por obligaciones laborales.
Gabriel asiste a cuarto año y Gustavo a segundo de la Escuela Bilingüe Bicultural Dante Alighieri. Ambos son oriundos de la ciudad verdeamarela Belo Horizonte.
"La ciudad nos recibió muy bien, al principio fue muy difícil la comunicación pero nos fuimos acostumbrando. En la escuela nos recibieron de la mejor manera", indicó Gabriel.
Previo a su llegada a la ciudad, los adolescentes no habían visitado con anterioridad la Argentina.
El idioma fue un obstáculo para ambos, aunque un poco más para Gustavo, el más joven de los hermanos. De todas maneras, coincidieron, con el correr del tiempo lo fueron mejorando hasta comprender y hablar español con fluidez, aunque sin quitarse aún el acento brasileño.
En ese sentido, Gabriel precisó: "Yo había estudiado un poco de español pero es muy diferente el que se aprende del que se habla acá. Había aprendido un español de España, más neutral. Yo no entendía bien el español en mis primeros días pero con el tiempo me fui acostumbrando".
Por su parte, Gustavo señaló: "En mi caso fue más difícil porque yo no había estudiado español en Brasil. Después de algunas semanas ya fui entendiendo todo y comencé a hablar bien".
Otro hábito que debieron modificar tiene que ver con el aspecto alimenticio, "fue difícil el tema de la comida, es muy diferente lo que se come aquí y lo que se come en Brasil. A veces no comíamos pero ahora ya estamos comiendo mucha milanesa y carne. También probamos el asado", manifestaron.
Sobre la tradición del mate, Gabriel admitió que aún no lo probó mientras que su hermano dijo tomó "3 o 4 mates, pero no me gustaron mucho".
"Belo Horizonte tiene tres millones de personas, hay mucho tráfico y edificios. Acá existe una diferencia muy grande, todo está cerca. Puedo decir que mi casa está cerca de la escuela mientras que en Brasil tenía que recorrer 10 kilómetros para ir a estudiar. Hay tranquilidad y seguridad en San Francisco", cerró Gabriel.