“Al dolor lo convertí en militancia por la salud reproductiva”
La periodista Guadalupe Zamar emprendió una dura batalla contra la infertilidad, o mejor expresado, "el camino hacia la maternidad", que tuvo un final feliz y la llevó a compartir su historia en un libro.
El nombre Olivia significa"la que da paz". Su hija llegó hace dos años y medio para darle esa tranquilidad del sueño cumplido a la periodista cordobesa Guadalupe Zamar, luego de siete años y medio de tratamientos de fertilización y dos abortos espontáneos.
En ese tiempo investigó sobre ginecología, obstetricia, medicina reproductiva, ley de fertilidad, de adopción y fundamentalmente, se armó de paciencia. Pero también experimentó la desesperación.
Pasó por todo. Tratamientos de baja y alta complejidad, inició trámites de adopción y el"peso" de no poder ser madre la llevó a recluirse socialmente.
Hoy Guadalupe es una militante en la lucha por la salud reproductiva, lucha que la inspiró para escribir, a los 34 años, su primer libro:"Hacia la maternidad, crónica de una búsqueda", un poco para para hacer catarsis pero sobre todo, para ayudar a otras mujeres que atraviesan su misma situación. La autora dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO.
- Junio es el Mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad. Una lucha mundial que hiciste propia.
Junio siempre es un mes especial para mí porque los embarazos que perdí siempre fueron en esta fecha, por eso es más movilizante. Ese dolor que sufrí lo convertí en militancia por el cuidado de la salud reproductiva, porque a veces, ante la posibilidad que tenemos las mujeres de postergar la maternidad para darle prioridad a nuestro desarrollo personal y profesional, dejamos de lado los controles médicos. Es fundamental que la visita ginecológica vaya más allá del Papanicolaou o la colposcopía y es obligación de los médicos y nuestro derecho como mujeres que nos informen sobre el cuidado de la fertilidad.
- En tu caso no fue una cuestión de reloj biológico, porque empezaste a buscar un hijo con tu marido a los 25 años...
Sí, de hecho los médicos hasta el día de hoy no tienen un diagnóstico concreto sobre mí, aunque indican que soy infértil sin causa aparente. Tuvieron que pasar 7 años y medio para finalmente quedar embarazada de Olivia. A los dos años de casada, con 25, empezamos la búsqueda con Marcos (Nores) pero a los seis meses fui a una consulta a un médico especialista en fertilidad porque no entendía cómo no quedaba embarazada. Al principio pensé que era ansiedad pero al tiempo, tanto mi marido y yo nos sometimos a diversas cirugías menores y empezamos varios tratamientos de baja complejidad, que en definitiva implican la inseminación. Después de esos tres tratamientos, quedé embarazada pero lo perdí. Eso puso en pausa la opción de la medicina reproductiva y seguimos probando suerte naturalmente, pero luego pasamos a la fertilización in vitro.
En medio de los tratamientos, se sancionó la aLey de Reproducción Médicamente Asistida (Nº26.862, en junio de 2013)que me habilitó a los tratamientos de alta complejidad. Un embarazo a través de in vitro era positivo, pero volví a perderlo; el segundo, negativo y el tercero fue Olivia, que nació en noviembre de 2016. El año pasado busqué un hermanito para Oli y no pudo ser. Fue otra pérdida, pero no bajo los brazos.
-¿Cómo fueron los siete años y medio de búsqueda?
Atravesé todo tipo de sentimientos. En cada tratamiento y en cada consulta se sentía como una invasión a mi intimidad porque estaba poniéndome a disposición de la ciencia y de la fe sin reparos, pero esos momentos dolorosos eran más terribles aun cuando llegaba la menstruación y te dabas cuenta que habías fracasado una vez más.
Libro
"Hacia la maternidad"
-¿Sentías cierto"peso" social?
Dejé de ir a baby showers durante años, a cumpleaños de hijos de amigas y no tocaba panzas de embarazadas porque sentía que les trasmitía malas energías a la madre y al bebé. El extremo fue que llegué a recluirme socialmente. Una vez me pasó que me crucé en el supermercado con una mujer y su hijo y me largué a llorar. Eso ocurrió los primeros años de búsqueda. Luego, aprendí a vivir con este problema que tenía y lo dimensioné de otra manera, entendiendo que mi deseo de ser madre se iba a cumplir, como hoy sé que Olivia no va a ser miúnica hija y voy a darle un hermanito.
-¿La adopción es una opción?
La maternidad trasciende el embarazo. De hecho, en medio de los tratamientos comenzamos los trámites de adopción porque iba a luchar por ser madre del corazón con la misma intensidad que lo estaba haciendo por los canales de la ciencia. Apenas quedé embarazada de Olivia, nos llamaron desde el Juzgado de Familia para decirnos que había una posibilidad pero decidimos dar un paso al costado porque sabíamos que no iba a ser fácil criar a dos niños juntos y más con uno recién nacido.
-¿"Hacia la maternidad" es una suerte de catarsis de todo lo sufrido?
Sin dudas, sentía la necesidad de decir todo lo que me pasó y que otras mujeres supieran que no están solas, que hay muchas a las que les ocurre lo mismo. Escribir es parte de mi esencia porque me formé en periodismo gráfico, pero la televisión me llevó por otro camino. Ahora lo retomé y me siento muy bien.
Su consejo
La periodista se permite dejar un mensaje a las mujeres a las que les está costando poder ser madres:"Es importante el entorno, el cual pueda contenerte, y un buen médico al que le puedas preguntar todo, desde lo científico y biológico, hasta lo emocional porque todo es hormonal. Un médico a quien poder contarle que estás atravesando una depresión extrema, por ejemplo. Hoy la medicina reproductiva hace cosas que realmente que no se pueden creer, hay una ley que nos acompaña y da múltiples opciones en estos casos".